Economía | Este tipo de oficios necesitan mejorar su tecnología para poder sobrevivir Los oficios tradicionales mantienen su vigencia Expertos afirman que este tipo de oficios necesitan mejorar su tecnología para poder sobrevivir Por: EL INFORMADOR 5 de julio de 2015 - 03:02 hs Ignacio Flores García. Antes de aprender a ocultar las imperfecciones en las prenda, fue laminero, obrero y vidriero. EL INFORMADOR / R. Tamayo GUADALAJARA, JALISCO (05/JUL/2015).- Desde hace 38 años, Rafael Hernández tiene una peluquería en el Centro de Guadalajara. En el negocio, donde trabaja al lado de su hijo, hay figuras religiosas, fotografías que muestran a un Rafael concentrado en el cabello de un cliente fallecido hace más de tres años y cuadros que muestran cortes de cabello que alguna vez, en los más de 50 años de experiencia que tiene este zacatecano, estuvieron de moda en la ciudad. Antes de motilar a un cliente y arreglarle el bigote copioso y desordenado, Rafael mira los cortes estilo gran gala, paloma, serpentina, cachucha, lacio, chamaco, músico, normal y soñador, y dice que su peluquería se ha mantenido casi cuatro décadas porque nunca ha quedado mal. Los hombres viejos, los jóvenes y los niños que llegan se van contentos por la calidad del servicio. Según el Inegi, los salones de belleza y las peluquerías son algunos de los oficios tradicionales que se han mantenido —y que han crecido— en Guadalajara en los últimos cinco años. En 2009 se registró la existencia de tres mil 519 negocios de este tipo, cantidad que aumentó a cuatro mil 40 en 2014. El Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) 2015 resalta que otros negocios que han aumentado ligeramente su presencia en la ciudad, de 2009 a 2014, son los talleres de reparación de mantenimiento de equipo electrónico y de precisión, que pasaron de 279 a 303; los talleres de reparación de zapatos, que aumentaron de 287 a 290; las carpinterías, que se incrementaron de 456 a 477, y los estudios fotográficos, que crecieron de 194 a 197. Una tendencia similar registra la Dirección de Padrón y Licencias de Guadalajara, en el que los talleres de reparación de calzado, las peluquerías, las relojerías, las sastrerías, las carpinterías, las florerías, las cafeterías y los estudios fotográficos, por poner algunos ejemplos, han aumentado desde diciembre de 2000. Ignacio Román, miembro del Departamento de Economía, Administración y Mercadología del ITESO, puso de relieve que la aparición y desaparición de los oficios tradicionales es una situación normal en cualquier parte del mundo, pues este proceso es modificado constantemente por los avances tecnológicos. Sin embargo, destacó que si a este proceso de aparición o desaparición de oficios no lo acompaña otro que cree nuevas actividades, se estaría generando un significativo problema de empleo. “En el caso concretamente de Jalisco, creo que uno de los problemas es que ha ido desapareciendo justamente la lógica de la micro y pequeña empresa que desarrollaba este tipo de actividades y entonces tenemos una generación cada vez mayor de trabajos precarios en el sector de servicios”. María del Rosario Cervantes Martínez, doctora en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que este tipo de oficios, de los cuales se piensa que están en peligro de extinción, necesitan mejorar su desarrollo tecnológico en sus procesos de producción para poder sobrevivir. OFICIOS Y TALLERESRubros al alza Giro Licencias vigentes a diciembre de 2000 Licencias vigentes a mayo de 2015 Arreglo de máquinas de escribir 36 36 Arreglo de zapatos 556 803 Peluquerías 278 377 Relojerías 266 513 Sastrerías 118 185 Carpinterías 441 608 Florerías 304 743 Cafeterías 161 817 Estudios fotográficos 262 491 Fuente: Dirección de Padrón y Licencias de Guadalajara. IGNACIO FLORES GARCÍA HACE ZURCIDOS INVISIBLES Un reparador de ropa que gusta de ocultar las imperfecciones en las prendas finas desde hace 37 años Hace 37 años, Ignacio Flores García ingresó en el oficio de los zurcidos invisibles. Él se acuerda: lo enseñaron unas personas que tenían un negocio por San Felipe. Actualmente, además de su local, ubicado en Avenida Enrique Díaz de León #9, entre Morelos e Hidalgo, Nacho dice que hay otras dos personas que se dedican a lo mismo: una tiene su taller entre las calles de San Felipe y Jesús, y otra cerca de Hidalgo y la Calzada Independencia. Antes de aprender a ocultar las imperfecciones en las prendas finas, de casimir, y de menor calidad, Nacho fue laminero, obrero y vidriero. Cuando apenas dejaba huella en la historia de una lonchería, un amigo le dijo que en la repartición de ropa estaba “la lana”. Nacho aceptó. Dice que cuando era joven era muy aventado. Agarraba el cerro de ropa y a bordo de una bicicleta pedaleaba por Avenida Vallarta. Nacho comenzó su negocio de zurcidos invisibles porque se casó y con el sueldito que le pagan no le ajustaba. Recuerda que al principio arrasó con todos, pues no existía nadie que hiciera ese trabajo. Resalta que aunque actualmente en la ciudad hay un montón de negocios que se dedican a los zurcidos invisibles, son pocas las personas que saben hacer el trabajo con calidad. “Ahora ya hay un montón de reparadores que el zurcido me lo traen a mí, no lo saben hacer. Tú puedes poner un negocio en una parte y nomás lo recibes y me lo traes a mí y yo te doy un precio”. Ignacio valora su mano de obra. Durante la entrevista, toma un pantalón de mezclilla que se rompió y comenta que un trabajo similar tiene un costo de 400 pesos. Sin embargo, antes de arreglar la falla, Ignacio le dice al cliente si es recomendable o no realizar el trabajo. “Tienes que saberle explicar al cliente qué es lo que le queda bien. No hay que engañar al cliente. Hay que decirle cuando el pantalón está viejo. Ahorita mucha gente nomás anda de traje porque lo obligan en la chamba, pero no deja de caer. Todavía hay mucha gente que viste traje, banqueros, oficinistas. A mí me recomiendan. Pero tienes que quedarles bien para que te recomienden”. María del Rosario Cervantes Martínez, doctora en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que algunos oficios, como el de Ignacio, se ven afectados por la utilización de máquinas en los procesos de producción, que provocan el abaratamiento de las mercancías. “Desde el punto de vista económico se vuelve más barata la nueva tecnología. El señor de los zurcidos invisibles tiene una competencia muy fuerte con franquicias que traen las máquinas para hacer la costura muy similar o quizás no tanto, pero que va a ser una costura que te va a sacar del apuro por 50 pesos, y el que trabaja a mano tiene que cobrar 400 pesos porque corresponde al tiempo que le va a dedicar para que valga la pena hacer el trabajo, y su trabajo puede ser mucho más fino y mejor, pero no puede competir”. Ignacio Román, miembro del Departamento de Economía, Administración y Mercadología del ITESO, señala que trabajadores como Nacho se ven afectados por la actual lógica de producción masiva, que generaliza, abarata el trabajo y alimenta la cultura del desperdicio al provocar que valga más la pena tirar un producto y comprar otro nuevo, antes que optar por su reparación. “Lo mismo puede hacerse de la ropa. Si uno ubica archivos históricos, hasta el siglo XIX la ropa era algo que se heredaba. Era algo tan preciada que mucha de la ropa podía transmitirse de generación en generación”. LA VOZ DEL EXPERTO Sin un mecanismo de reposiciónIgnacio Román (académico del ITESO) Para Ignacio Román, académico del ITESO, que estén conservandose algunos y desapareciendo otros oficios tradicionales en Guadalajara es un proceso normal en todo el mundo y que se debe a las modificaciones que traen consigo los cambios tecnológicos. “El problema a mí parecer no está tanto en la lógica de desaparición de los oficios, por los cambios organizacionales y tecnológicos que se den, sino en qué lo sustituye. Si nosotros tenemos solamente un proceso de desaparición y no estamos teniendo un proceso suficientemente poderoso o equivalente de creación de nuevas actividades y oficios, pues entonces lo que estamos generando es un problema de empleo significativo”. Destaca que en Jalisco uno de los problemas es que se ha ido desapareciendo la lógica de la micro y pequeña empresa que desarrollaba este tipo de actividades. “Tenemos una generación cada vez mayor de trabajos precarios en el sector de servicios. Ese es el problema básico de lo que se está generando”. Pone de relieve que anteriormente Jalisco y la metrópoli eran reconocidos a nivel nacional por sus industrias del calzado, textil, agroalimentaria, mueblera, entre otras. Sin embargo, en la actualidad este panorama se ha ido diluyendo porque el país y el Estado se han especializado cada vez más en pocos sectores y además las empresas desde los años 80 han fungido más como comercializadores que como productoras. El 26 de mayo pasado, este medio de comunicación publicó que, según la Secretaría de Innovación Ciencia y Tecnología (Sicyt), sólo 15% de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en Jalisco utiliza tecnología para transformarse; 40% se preocupa por usar la tecnología, pero no sabe cómo, y el resto de las empresas no quiere cambiar, y por lo tanto están en riesgo de no ser competitivas en los próximos 10 o 15 años. El titular de esta dependencia estatal, Jaime Reyes, hizo un llamado para que las industrias y las Pymes se incorporen a las plataformas que están siendo desarrolladas, pues si no lo hacen podrían desaparecer. Temas Empresas Empresas del Estado de Jalisco Empleo PyMEs Economía local Lee También Cartucho Astros de Jalisco toma ventaja sobre Xalapa en la semifinal de zona Detienen a presunto homicida en Lomas de Oblatos Puerto Vallarta es reconocida como la mejor ciudad pequeña de Latinoamérica Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones