Viernes, 24 de Mayo 2024
Economía | Rusia ocupa el 47º lugar en el ránking de accesibilidad de hipotecas en el mundo

La casa propia, un sueño inasequible para la mayoría de los rusos

El coste promedio final de la vivienda, adquirida con un crédito hipotecario, supera el coste neto de la misma en 2.5 veces

Por: EFE

Con uno de los índices del nivel de vida más bajos en Europa los precios de la vivienda en Rusia están por las nubes. ARCHIVO  /

Con uno de los índices del nivel de vida más bajos en Europa los precios de la vivienda en Rusia están por las nubes. ARCHIVO /

MOSCÚ, RUSIA (25/JUN/2011).- Para la mayoría de los rusos el sueño de una casa propia se remonta a los tiempos soviéticos, cuando se veían obligados a esperar durante años a que el Estado les asignara una vivienda, pero dos decenios después de la caída del comunismo éste sigue igual de inalcanzable.

Por pequeño que fuera, un apartamento propio parecía un verdadero milagro, que muchos nunca vieron.

Sus días terminaron en pisos compartidos, sin llegar a saber lo que es una cocina propia, o no tener que esperar el baño hasta que un vecino lo desocupe, detalles cotidianos que aún se puede contemplar en muchas películas de la época.

"Mi madre pasó toda su vida en un piso compartido aunque antes de la revolución bolchevique todo el edificio pertenecía a sus padres", afirma Yekaterina Yanóvskaya, descendiente de los barones Yanovski que a igual que otras familias nobles perdieron sus propiedades bajo el régimen comunista.

La inestabilidad política y social de los últimos años de la URSS disiparon las últimas esperanzas de aquellos que seguían esperando un apartamento.

El Estado agonizaba, y las promesas de Mijaíl Gorbachov de que cada familia rusa tendría una vivienda individual antes de 2000 se perdieron entre los escombros de la URSS.

La llegada al poder de Borís Yeltsin reanimó las esperanzas, sobre todo de la gente joven que se había lanzado a crear sus propios negocios.

Pero para muchos las ilusiones se fueron esfumando a medida que las más diversas mafias se apoderaban de las propiedades del Estado.

Fueron pocos quienes consiguieron crecer en condiciones cuando los empresarios se veían forzados a pagar por su "seguridad" a los grupos criminales.

Fue entonces, en los noventa, cuando se abrió el abismo ruso entre un puñado de ricos y la absoluta mayoría de pobres.

"La pobreza sumió a la gente en la desesperación, pues ni siquiera podían estar seguros de que les quedarían medios para la comida", recordaba el editor ruso-estadounidense Paul Jlébnikov, quien investigó las transacciones de los oligarcas rusos y fue asesinado en 2004.

Para Marina Sharápova, creadora de sistemas de pagos bancarios, en esos tiempos "hacerse con un apartamento era algo extraordinario y quien lo conseguía era considerado un mafioso o un afortunado"

El volumen de la construcción en Rusia en el periodo de 1992 a 2002 disminuyó en un 70 %, afirma en su estudio "Las condiciones de vida en Rusia de hoy" el sociólogo estadounidense James Zavisk de la Universidad de Arizona, quien comparó las hipotecas en EU y Rusia.

La época de Yeltsin terminó el 31 de diciembre de 1999, justo en vísperas de la fecha cuando debía cumplirse la incumplida promesa de su predecesor, Mijaíl Gorbachov, de garantizar una vivienda a cada familia.

El sucesor de Yeltsin, Vladímir Putin, exagente del KGB y partidario de la mano dura, consiguió reducir la sangrienta delincuencia con la que se asociaba a la Rusia de los noventa pero tampoco él consiguió hacer realidad el sueño ruso de un apartamento asequible.

En 2005 el Gobierno anunció a bombo y platillo el "Programa Federal de Vivienda Asequible".

Seis años después, el presidente Dmitri Medvédev no deja de hacer hincapié en la necesidad de que las viviendas sean más asequibles.

Con uno de los índices del nivel de vida más bajos en Europa los precios de la vivienda en Rusia están por las nubes, sobre todo en Moscú, uno de los líderes mundiales en precios inmobiliarios.

Según el diario ruso Nóviye Izvéstiya, el coste promedio final de la vivienda, adquirida con un crédito hipotecario, supera el coste neto de la misma en 2.5 veces.

Rusia ocupa el 47º lugar en el ránking de accesibilidad de hipotecas, elaborado por Penny Lane Realty, una de las mayores agencias inmobiliarias rusas.

"Hasta en Moscú, donde el nivel de ingresos es al menos tres veces más alto que en otras regiones de Rusia, la gente gasta más del 50 % de su salario para pagar la hipoteca", afirma Román Stroilov, experto de la agencia.

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