Viernes, 26 de Julio 2024
Economía | Los rescates financieros de Brown han sido aceptados por el Nobel de economía Paul Krugman

Brown destaca como líder de la recuperación mundial

Durante el 2008 Brown se perfiló como el gobernante en mejores condiciones de liderar la respuesta internacional al colapso financiero

Por: EFE

LONDRES, INGLATERRA.- La crisis económica global y la presidencia del G-20 dieron la oportunidad al primer ministro británico, Gordon Brown, de presentarse ante sus colegas como el político más experimentado y capaz de salvar al mundo de la amenaza de un abismo financiero.

Tras la histórica quiebra de Lehman Brothers en Estados Unidos en septiembre del 2008, Brown, con diez años de experiencia en el Reino Unido como ministro de Economía, se perfiló como el gobernante en mejores condiciones de liderar la respuesta internacional al colapso del sistema financiero.

Su plan de rescate, basado en la recapitalización de los bancos para reactivar los créditos al resto de la economía, fue alabado por el mismísimo premio Nobel de Economía Paul Krugman, que lo esgrimió como ejemplo a seguir frente a la estrategia de Estados Unidos de limitarse a nacionalizar los activos tóxicos.

"Tiene todo el sentido", dijo Krugman de la idea de Brown, que fue copiada inmediatamente después por el secretario estadounidense del Tesoro Henry Paulson y la Unión Europea ( UE).

En Gran Bretaña se tradujo en un desembolso de 500 mil millones de libras para inyectar liquidez en la economía, garantizar deuda y comprar participaciones en bancos insolventes, con la consiguiente semi-nacionalización del Royal Bank of Scotland y Lloyds Banking Group, que se sumaron a la del Northern Rock.

Antes de que el Reino Unido asumiera la presidencia del G-20 en enero del 2009, el grupo de las veinte principales naciones ricas y emergentes celebró una cumbre de urgencia en Washington, en la que Brown animó a inspirarse en los acuerdos sobre política monetaria y financiera de Bretton Woods en 1944 para forjar una estrategia basada en la cooperación internacional.

La misión de Brown durante la presidencia británica fue coordinar los esfuerzos de todos los países, en colaboración con EU y la UE, para mejorar la regulación y transparencia del sistema financiero, reformar las instituciones de posguerra obsoletas como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional ( FMI) y limitar la excesiva asunción de riesgos en las entidades.

El 2 de abril de este año, Londres acogió una histórica cumbre del Grupo de los Veinte en la que se impuso la iniciativa defendida por el "premier" británico y EU de mantener los estímulos fiscales para reactivar la economía, frente a la prioridad franco-germana de endurecer la regulación del sistema.

También se acordó aportar un billón de dólares a los organismos financieros multilaterales para rescatar de la crisis a los Estados más necesitados, en un proceso de modernización que culminó en otra reunión de jefes de Estado y de Gobierno el pasado septiembre en Pittsburg (EU), cuando se amplió la cuota de representación en esas instituciones de los países emergentes.

Desde que estalló la crisis, Brown, que heredó la jefatura del Gobierno de Tony Blair sin pasar por las urnas, ha visto su popularidad fluctuar en las encuestas, desde un espaldarazo inicial a una fuerte tendencia a la baja en los últimos tiempos, abonada por problemas internos y la desastrosa guerra en Afganistán.

A pocos meses de las elecciones generales (mayo o junio del 2010), el líder laborista apostó fuerte en el terreno económico al proponer por sorpresa en la última reunión de ministros de Economía y Finanzas del G-20, el pasado noviembre en Escocia, una tasa global a las transacciones financieras.

La inesperada iniciativa -una de varias para intentar recuperar los préstamos hechos a los bancos- fue rechazada por varios países, entre ellos EU, pero a Brown le valió el favor de muchas ONG y buena parte de la opinión pública.

Pese a su reconocido liderazgo internacional y las numerosas medidas de ayuda a la economía que ha aplicado en casa -el programa de "alivio cuantitativo", consistente en la compra de bonos públicos y privados, la protección de activos tóxicos, la rebaja del IVA o subvenciones al motor-, no hay aún indicios de que vaya a contar con el apoyo suficiente para imponerse a los conservadores en los comicios.

Con el déficit público en cotas astronómicas y el paro en torno al 7 por ciento, Gordon Brown -uno de los artífices en Gran Bretaña de la posteriormente denostada desregulación del sistema financiero- se despide de la presidencia del G-20 sin conseguir el que sin duda hubiera sido su mayor logro: ganarse el corazón (y el voto) de sus paisanos.

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