Tiger muestra las garras

NUEVA YORK, E.U.-  Este 2009 será recordado sin dudas como el año en que Tiger Woods vio saltar el Tigre que tenía escondido en el armario de sus infidelidades, para enredarse en más líos de faldas que el legendario  Casanova.

Giacomo Girolamo Casanova fue un famoso aventurero italiano que en el siglo  XVII se hizo célebre por sus conquistas amorosas, documentadas en más de cien.  La gran diferencia entre el fogoso europeo y Woods es que Casanova habló y  escribió con franqueza de sus aventuras de alcoba, mientras el norteamericano  las mantuvo en secreto hasta que la prensa destapó la caja de Pandora.

Desde el 27 de noviembre, cuando el Cadillac Escalade 2009 del  multimillonario deportista de 33 años se estrelló contra un árbol frente a su  casa, supuestamente huyendo de la furia de una esposa sueca despechada y palo  de golf en mano, surgen a diario nuevas revelaciones sobre las presuntas  relaciones extramaritales de Woods.

En el harén del 'Tigre' de la PGA han aparecido alrededor de una docena de  mujeres, desde camareras hasta estrellas porno, lo que ha hecho las delicias de  la prensa sensacionalista, alimentado la ira de sectores conservadores y  defensores de la moral, y le ha llevado a perder patrocinadores y acogerse a un  retiro circunstancial para poner en orden sus asuntos y dejar que las aguas  tomen su rumbo.

"Después de buscar en mi interior, he decidido retirarme por tiempo  indefinido del golf profesional. Necesito centrar mi atención en convertirme en  un mejor esposo, padre y persona", indicó Woods en su página web.

Las autoridades de la Asociación de Golf Profesional (PGA) respaldaron al  jugador poco después de conocerse su anuncio de retiro por tiempo  indeterminado.

"Apoyamos totalmente la decisión de Tiger de alejarse del golf de  competición para dedicarse completamente a su familia", señaló el comisionado  de la PGA, Tim Finchem, quien agregó que "sus prioridades están donde necesitan  estar, y seguiremos respetando y honrando la solicitud de su privacidad".

Ganador de 14 torneos de Gran Slam y primer deportista multimillonario del  mundo, Woods está sufriendo las consecuencias de su desliz no sólo en sus  bolsillos, sino en lo sentimental.

Su esposa desde hace cinco años, la ex modelo sueca Elin Nordegren, con la  que tiene dos niños -Sam Alexis, nacido en 2007, y Charlie Axel, nacido a  principios de este año-, anunció una separación temporal.

Queriendo alejarse del escándalo y los medios que la persiguen, Nordegren  ha puesto distancia por medio y recientemente compró una propiedad en una isla  cerca de Estocolmo, a la que sólo se puede acceder por barco.

En lo económico, Woods ha encajado el escándalo con la pérdida de algunos  de sus patrocinadores como ATT, Gatorade, Accenture Plc, mientras otros como  Nike, los relojes Tag Heuer International SA, Electronic Arts Inc. y Gillette  han visto desplazados sus anuncios de horarios estelares.
Woods es el deportista mejor pagado del mundo, con ingresos anuales por 110  millones de dólares entre patrocinios y torneos, según la revista Forbes. La  publicación señala que el golfista es la cuarta celebridad mejor remunerada del mundo en 2009 y primer atleta en ganar más de mil millones a lo largo de  su carrera.

Aclamado y venerado por la gente casi como un dios, puesto como el ejemplo  del deportista inmaculado, Woods ha sido víctima de su pobre criterio y  desenfreno, y de la hipocresía puritana de una sociedad estadounidense que,  paradojicamente, palpita de emoción y curiosidad por los escándalos de sus  famosos.

Aunque de seguro sobrevivirá a esta experiencia, Tiger Woods saldrá del  pantano con las alas manchadas de lodo, pero ello no le impedirá remontar  nuevamente el vuelo, porque en definitiva, los estadounidenses olvidan  rápidamente.