GUADALAJARA, JALISCO (12/JUL/2017).- Llegó con un grupo de aficionados provenientes de Morelia. Pero eran seguidores de Chivas especiales, eran un orfanato y estaban acompañados de un sacerdote. Cuando terminó el entrenamiento, y Matías Almeyda se disponía a tomar el túnel rumbo al vestidor, comenzaron a vitorear el apellido del técnico de Chivas.“¡Almeyda! ¡Almeyda! ¡Almeyda!”, los niños y algunos adolescentes y adultos que estaban en el grupo, no dejaron de gritar, al tiempo que le solicitaron al pastor rojiblanco, se acercara para tomarse la foto del recuerdo.Almeyda se dirigió a la banca, luego comenzó a tomar el camino para el encuentro con los niños. Firmó camisas, estampó la rubrica en balones, caratulas de teléfonos celulares, se tomó fotos y luego llegó una petición especial.“Almeyda, sube a tomarte la foto del recuerdo con nosotros, acá está el padre que nos acompaña”, le dijo una persona a Almeyda, quien de entrada no esperaba ver a un sacerdote en la tribuna y accedió.Isaac Brizuela también estaba firmando autógrafos, de hecho fue el único jugador que se acercó. Con hielo en el tobillo izquierdo, la seguridad de Chivas pidió a la gente que se organizara para tomarse la foto del recuerdo y que no fueran a pisar al “Conejito”.Entrenador y jugador se colocaron cada uno, en un costado del sacerdote, quien estaba feliz por el detalle. Abrazó a ambos y comenzaron a darse las tomas de fotos, tanto de medios de comunicación como de una persona que tenía varios teléfonos de quienes posaban.El pastor rojiblanco colaboró tomando él una selfie, ante la sonrisa de los niños, el sacerdote y los medios de comunicación, porque el técnico de Chivas, siempre estuvo colaborando, haciendo que valiera la pena el esfuerzo de los aficionados para ver el entrenamiento de su amado equipo.EL INFORMADOR / ALEJANDRO RAMÍREZ