Futbol argentino enfrenta su mayor crisis financiera e institucional

BUENOS AIRES, ARGENTINA (11/JUN/2016).- El futbol argentino enfrenta una de las crisis más graves de su historia con clubes endeudados, pleitos de los presidentes de los equipos, indefinición en el diseño de una nueva Súper Liga e incertidumbre sobre la elección de su dirigencia.

La semana pasada, la Inspección General de Justicia (IGJ) suspendió las elecciones en la Asociación del Futbol Argentino ( AFA), las cuales estaban previstas para el próximo 30 de junio, a fin de definir la nueva mesa directiva.

La jueza María Servini de Cubría decidió que, ante las irregularidades económicas y administrativas que arrastra el máximo órgano del futbol local, nombraría a dos veedores por un plazo de 90 días hábiles, con la posibilidad de una prórroga por igual periodo.

El escenario es tan complejo que el siguiente paso sería la intervención estatal en la AFA, pero ello implicaría sanciones de la FIFA (Federación Internacional de Futbol Asociación) que dejaría a la selección nacional fuera de las eliminatorias del Mundial y los equipos locales no podrían participar en copas internacionales.

La AFA arrastra desequilibrios financieros que jamás pudo resolver Julio Grondona, el hombre que dirigió los designios del futbol argentino durante 35 años y que murió el año pasado.

De acuerdo con reportes judiciales, los clubes adeudan a la entidad un millón de pesos (alrededor de 70 mil dólares), pese a que durante el kirchnerismo se creó el programa Futbol para Todos con el fin de inyectar de recursos al futbol local.

Futbol para Todos implicó que el gobierno le entregara a la AFA más de ocho mil millones de pesos (unos 600 millones de dólares) durante siete años por los derechos de la transmisión de los partidos.

Pese a estos ingresos, las finanzas del organismo no están saneadas y en los últimos meses estallaron escándalos como el presunto desvío de dos millones de dólares y deudas por 22 millones de dólares al fisco argentino.

A ello se le suman los pleitos entre los dirigentes del futbol local que, después de la suspensión de las elecciones ordenada por la justicia, provocó un cisma en la institución.

La crisis de la AFA se acentuó con la renuncia en grupo del tesorero Matías Lammens, el secretario general Daniel Angelici, el vicepresidente Rodolfo D´Onofrio y el vicepresidente tercero Marcelo Tinelli, quien también renunció a su candidatura a dirigir al organismo.

Además, todavía no está definida la creación de la Súper Liga, un nuevo campeonato que pretende diseñarse a imagen y semejanza de los europeos.

De aprobarse el proyecto, el futbol argentino tendría un nuevo torneo central que reduciría de 30 a 20 los equipos participantes para el año 2020 y que sería independiente de la AFA, organismo que quedaría a cargo de la selección nacional.

Los dirigentes se ilusionan con que este mecanismo permita triplicar la recaudación por los derechos de transmisión de los partidos, negocio en el que ya está participando la cadena internacional Turner.

La idea es que los derechos se liciten a partir de 2019, porque ese año vence el contrato de Futbol para Todos, el proyecto estatal que transmitía gratis los partidos para toda la población, que luego tendría que volver a pagar por ver sus partidos favoritos en televisión.

El problema es que nada de ello puede resolverse en tanto no se definan las elecciones de la nueva dirigencia, aunque el actual presidente de la AFA, Luis Segura, ya advirtió que lo mejor que le puede pasar es dejar el cargo el 30 de junio, como estaba pactado.

Por eso es que el gobierno ya suspendió la licitación para la comercialización de los derechos de televisación del futbol argentino, además de que el lunes llegará una misión de la FIFA que analizará la crisis de una de las ligas más importantes de América Latina.