Martes, 14 de Octubre 2025
Deportes | “Joselillo” se juega la vida

¡Ay, Dolores! ¡Qué Dolores!

De los toros con verdad Por FRANCISCO BARUQUI M.

Por: EL INFORMADOR

Madrid, España.- Abierto el azulado cielo sin el temor de la lluvia, el lleno hasta la bandera en la dominical, y con el regusto que dejó el excepcional encierro de Peñajara lidiado el sábado, se ha visto el contraste con la desesperante mansedumbre de los pupilos de Dolores Aguirre que suma un nuevo fracaso, ¿y ya van cuántos..?, en su paso por el ruedo madrileño.

Corrida seria, cuajada, con romana y astifinos pitones que fue manifestación clara de palpable mansedumbre.  Toros sin galope, medidos de tranco y más definidos por el trote cochinero que exhibieron.  Varios barbeando tablas desde salir, huidizos, acometiendo a oleadas en varas empujando y haciendo mucho ruido en los estribos saliendo sueltos, para llegar a la muleta desarrollando sentido, midiendo a los toreros, revolviéndose en un palmo de terreno como si hubiesen dejado algo atrás, mirando las femorales, ausentes de clase y propicios para lidias de poder y dominio.

Solo el tercero mostró estilo principalmente por el lado izquierdo, destacando el sexto por noblón como falto de fuerza, al que su matador le arrancó la primera oreja que se concede en lo que va del serial.

Con reses así, se necesitaba de una indeclinable determinación echando mano de la técnica y los recursos de una buena escuela cimentada en el dominio del oficio para resolver la papeleta que era, no se dude, harto difícil de lograr.  Así…

Así, en un cartel conformado con tres toreros de la tierra madrileña, Fernando Robleño, sin lucimiento mayor, a su primero, un burel con genio y sin clase lo despachó de pinchazo y entera en sitio; como al cuarto, manso a tope, de estocada entera caída para silencio y fuertes pitos para sus enemigos.

He apreciado en Sergio Aguilar a lo largo de las actuaciones en las que le he visto, a un torero de buen corte y artística expresión que esta vez, con astados a contra estilo, con todo y que se llevó el tercero que más se dejó meter mano por el pitón izquierdo, no destacó a más tan solo en pases aislados denotando su aflicción y medida disposición, matando de un viaje encontrando hueso, estocada entera alargando con habilidad el brazo y descabello hasta el sexto golpe escuchando un aviso, para con el quinto conseguir con el acero lo mejor al cobrar entera en todo lo alto partiéndole la yema a la res, lo que hizo que muriera sin derramar una gota de sangre.

Las formas artísticas de Aguilar merecen verle en otra tarde con ganado que le vaya a más.

Y no, no había visto al bisoño de la terna José Miguel Pérez “Joselillo”; ni referencia alguna tenía de él, pero lo que le ví…  Lo que le ví me hace tomarle con el respeto y la admiración del hombre que enfundado en la seda y el metal sale a jugarse la vida sin concesión alguna en su afán de crear arte frente al riesgo, en la única oportunidad que tenía en el ciclo.

Con el que abrió festejo confirmando su alternativa, estuvo entregado en un intento permanente de lucir.  El manso no lo permitía al desarrollar sentido revolviéndose para buscar dar la cornada, la que por fortuna no llegó luego de llevarse tremenda voltereta de órdago poniéndose en pie sin verse la ropa y sepultar la espada con una ejecución cabal y auténtica que le valió salir a saludar.  Empero…

Empero, lo más relevante vendría con el sexto, un ejemplar, el único que tuvo condición de nobleza, aunque medido brío, con el que “Joselillo” salió a por todas aprovechando hasta el último pase que tenía el de Dolores, poniéndose en el sitio, arriesgando, exponiendo, aguantando con una disposición y entrega del que busca a como dé lugar el triunfo.

Series de toreo por abajo con las dos manos y por ambos lados mandando, imponiéndose, rifándosela de verdad rematados con sendos pases de pecho que le valieron el batir de palmas, y cuando el moro le pidió la muerte, perfilándose en corto y muy por derecho, con el corazón por delante y sin perder de vista lo alto del morrillo, consumar la suerte suprema con pureza, encelando y toreando al meter la muleta en el hocico para al descubrir el toro, pasarse haciendo la cruz en un soberbio volapié, digno de ser considerado para premiación de feria, y sepultar el estoque en todo lo alto con gran expresión de cómo se deben de matar los toros, dejando constancia de lo destacado estoqueador que es José, y ganarse a toda ley la primera oreja que se corta en la feria.

Creo de justicia, sin lugar a dudas, que debe de ser tomado en cuenta para alguna de las substituciones que a la vista están ya…  Merecimientos le sobran.  ¡Enhorabuena chaval..!

Y para hoy, novillada de lujo con ganado de Montealto para “Chechu”, Rubén Pinar y Miguel Tendero.  Con la esperanza de ver la savia nueva iré, veré y…  Y diré.

Correo electrónico: francisco@baruqui.com

EL INFORMADOR/ Redacción/ EMD       12/ 05/ 08

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