* Velitas

Sin embargo, se impone la reiteración: “Calma... Calma y nos amanecemos...”.

*

Podrá decirse, a la vista del estrépito de los cohetones con que se han celebrado los triunfos coleccionados por el Guadalajara --y, en menor medida, también los del Atlas-- que “una golondrina no hace verano”. Y podrá revirarse que, después de todo, “media docena..., tampoco”.

El hecho objetivo es que las “Chivas” andan que no creen en nadie. Que la marcha incontenible que llevan en lo que va del Torneo Bicentenario, excede, con mucho, las previsiones, incluso, de sus más furibundos simpatizantes.

Que el paso arrollador que llevan hasta ahora, nada tiene que ver con los negros augurios de quienes esperaban algo así como un castigo divino por la manera desaseada en que la directiva manejó --¿alguien se acuerda todavía...?-- el conflicto con Ramón Morales.

*

El hecho objetivo es, también, que los rayados están haciendo historia... y que lo seguirán haciendo mientras no surja el guapo que les marque el alto. Seis victorias consecutivas (más las que pudieran agregarse en los siguientes partidos, ante Puebla, San Luis, Jaguares y Pumas, antes de un ciclo teóricamente más peliagudo, con Monterrey, Santos Laguna, América y Morelia como rivales, estos dos últimos cuando los equipos ya no podrán contar con sus seleccionados) en el arranque de un certamen, representan una hazaña sin precedentes en el futbol mexicano.

Falta ver, sin embargo, si  en la banca hay el material humano necesario para que el equipo no se desdibuje cuando tenga que prescindir de los jugadores que sean convocados a la Selección. Y aunque es probable que, para entonces, el Guadalajara ya tenga el pase --y aun el rango de primer clasificado, con todas las teóricas ventajas que de ahí se desprenden-- para la “liguilla” en la bolsa, falta todavía dar, uno a uno, los siguientes pasos. Y aunque es falso que exista un síndrome del primer clasificado, que supuestamente reduce al mínimo las posibilidades de que el líder de la clasificación general sea campeón, sí es verdad que varias veces, desde que se inventaron los torneos cortos, los “colados” se han convertido en los reyes de la fiesta.

*

Cuidadito, pues, con echar a vuelo las campanas antes de tiempo. Y cuidadito con olvidar que no es muy recomendable meterse a la boca, enterita, la rebanada del pastel... sin asegurarse de haberle apagado las velitas.