Viernes, 17 de Octubre 2025
Deportes | A propósito por Jaime García Elías

* Respeto

A propósito por Jaime García Elías

Por: EL INFORMADOR

Levantarse de un 2-0 adverso (aunque sea ante un rival como Estados Unidos, al que muchos aún se resisten a tomar en serio), en una final (aunque sea de un torneo como la Copa Confederaciones, desprovisto del glamour de la Copa del Mundo), como lo hizo Brasil ayer en Johannesburgo, alcanza proporciones muy respetables, por decir lo menos.

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De entrada, independientemente de que la remontada brasileña reivindicó la hegemonía de la lógica sobre la sorpresa, hay que conceder a los estadounidenses el mérito que les corresponde...

Si hubieran puesto a Brasil en la lona mediante un gol de “churro” o a consecuencia de alguna pifia arbitral, aun a sabiendas de que tales cosas forman parte del amplio abanico de los imponderables del deporte, habría cierto margen para poner reparos al resultado. Si la mejor selección estadounidense hubiera faltado al respeto a una selección “B” brasileña, se asentarían los correspondientes atenuantes, al margen del resultado que consignaría la historia.

Haberlo hecho de tú a tú, ante la mejor escuadra que puede integrarse hoy por hoy en Brasil, y haberlo hecho a base de irreprochables argumentos futbolísticos —orden, esfuerzo, disciplina, un planteamiento adecuado para defender con eficiencia y para atacar con intención...—, implica reconocer el crecimiento que el futbol estadounidense ha tenido en los últimos años, y el grado de madurez que tiene en este momento.

Su segundo gol en el partido de ayer —un contragolpe resuelto con cuatro toques, desde el nacimiento de la jugada hasta el zurdazo cruzado con que Donovan puso el balón en la jaula— fue, para decirlo con todas sus letras, de antología.

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Sería aventurado, a raíz del subcampeonato dignamente conseguido en esta Copa Confederaciones, aseverar que Estados Unidos es, ya, uno de los gigantes del futbol mundial. Ni siquiera su meritoria, legítima victoria sobre una España que había escalado hasta los cuernos de la luna, en semifinales, le da ese rango todavía. Sin embargo, es evidente que los norteamericanos han hecho merecimientos sobrados para que se les mire con recelo y se les enfrente con respeto.

Sin ánimo de hacer comparaciones, que luego son odiosas, es evidente que una cosa es vencer a España en la semifinal y obligar a Brasil a aplicar una voltereta sensacional en la final de la Copa Confederaciones..., y otra muy diferente jugar partidos amistosos en canchas estadounidenses contra “sinodales” como Venezuela y Guatemala.

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