* Refuerzos

Los doce que ya se fueron a casa, a ver lo que queda de la “liguilla” por televisión, están, como antaño se decía, “con un ojo al gato y otro al garabato”.

El gato sería, tratando de disimular su envidia, el desarrollo de la fase decisiva de la competencia doméstica: “¿Qué tienen Cruz Azul, Atlante, Santos Laguna y Toluca, que no tengamos nosotros...?”. Y, claro, antes de que el espejito de la bruja les responda, escupiéndoles una verdad que los lastimaría, prefieren saltar al garabato: “¿Qué hacer para tratar de salir de los niveles de la mediocridad para el próximo torneo?...”.

*

El remedio para la enfermedad que comparten, a estas alturas de la película, la mayoría de los equipos, es la búsqueda desesperada de refuerzos. Como lo que puede encontrarse en el mercado nacional es escaso --y, en consecuencia, caro--, la receta tiene que surtirse en farmacias del extranjero. Para ello, una fórmula consiste en enviar algunos propios a los consabidos “mercados de piernas” --Argentina, Brasil... y en los últimos años Paraguay y Chile--, donde se topan, de manos a boca, con los inevitables “representantes”: maestros, licenciados y hasta doctores en el arte y ciencia de engatusar incautos mediante el añejo recurso de envolver su mercancía en saliva endulzada.

*

Otra opción consiste en poner los ojos en el mercado europeo. Pero, curiosamente, no en la mercancía que en aquellas latitudes se produce, sino en los eventuales “saldos” que pudiera haber, de jugadores mexicanos que emigraron al futbol del Primer Mundo.

Se barajan nombres. De hecho, salvo Márquez, Guardado y Pardo, que siguen pisando con firmeza en canchas europeas, los demás mexicanos --incluidos Castillo, Vela y Giovani, que han hecho toda su carrera como profesionales en el viejo continente--, integrantes de la “legión extranjera” (y de la supuesta “generación dorada”) están en la mira de varios equipos que los repatriarían de mil amores en cuanto se les abriera un poco la puerta para atrancarla con el pie.

*

Ya se verá si los dirigentes que ahora buscan refuerzos mexicanos en el extranjero les llegan al precio, o si las transferencias se facilitan en la medida en que esos jugadores hayan perdido la motivación que los llevó a Europa, porque ya cumplieron su ciclo... o se hayan devaluado, en la medida en que  algunos de ellos simplemente no dieron la medida.