* Otra vez...

En lo futbolístico, se repitió la historia...

Como el domingo, ante los “Pumas”, el Guadalajara, ayer, ante el Everton, se encontró con un gol casi al principio del partido... Como el domingo, su autor fue el “Chícharo” Hernández: un indicio de que el plantel no está muy sobrado de jugadores capaces de aportar a la causa el argumento del gol... Como el domingo, admitió el tanto que frustró la victoria que ya tenía en la mano, aunque aseguró eso que los pragmáticos llaman “un buen resultado”: regalo --el gol en contra--, esta vez, de Michel... Como el domingo, su ataque fue inoperante; pocas veces se armó con perspectivas de recuperar la ventaja en el marcador. En la más clara de las contadísimas ofensivas que generó, una fuga vertiginosa en que el “Venado” Medina sembró en el camino a dos adversarios y llegó con marco, pelota y portero a su disposición, el atacante, humildemente, firmó la renuncia a la condición de héroe de la jornada al estrellar el balón en las piernas del guardameta.
--Le faltó técnica --dirán algunos.
--Le faltó grandeza --corregirán otros.

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Una vez que Guadalajara y San Luis --con uñas y dientes, para no decir que con más pena que gloria-- llegaron, arrastrándose, a la siguiente fase de la Copa Libertadores, falta que la Conmebol decida qué manejo dar a la presente contingencia sanitaria. Puesto que las luces amarillas --o anaranjadas... o rojas-- están encendidas con respecto a los riesgos que implica viajar a México, es de suponerse que en cualquier momento se anuncie alguna medida que permita a “Chivas” y “Gladiadores” --como ahora les dicen-- jugar sus partidos... a condición de que lo hagan en otras plazas. Lo cual, obviamente, implicará, en el aspecto deportivo, una desventaja para ellos.

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Hablando de aspectos deportivos, falta también que la Conmebol resucite, para aplicarlo en el caso de Héctor Reynoso, el expediente del “Caso Palermo”. Y así como el árbitro no vio lo que hizo Palermo con el “Bofo” Bautista en el partido de vuelta entre Boca Juniors y Guadalajara, pero se sancionó en función de lo que sí consignaron las cámaras de televisión, es de esperarse que el mismo criterio se aplique para sancionar a quien contamina una contienda deportiva con actitudes que mal pueden llamarse cochinadas... porque sería ofender a los cochinos propiamente dichos.