* Dieta blanda

Para el “Tri”, sigue la dieta... a base de pichones, peritas en dulce, flanes y similares.

Islandia, el adversario (es un decir) en turno en el amistoso a celebrarse hoy en Charlotte, Carolina del Norte, está muy lejos de ser una potencia en el mundo del futbol. Para encontrarlo en el mapa-mundi del deporte más popular en el planeta, hay que buscarlo con lupa. Nunca se ha codeado con las potencias del esférico; nunca ha participado en una Copa del Mundo; actualmente ocupa el modesto peldaño número 91 en la clasificación de la FIFA. Tiene a tres de sus mejores jugadores en otras ligas europeas: el atacante Gudjohnsen, del Tottenham inglés y anteriormente del Barcelona, y los también delanteros Gudmunsson y Sigthorsson, compañeros de Héctor Moreno en el AZ Alkmaar de Holanda. Tales figuras, por cierto, al tratarse de un encuentro de administración, completamente intrascendente, no participarán en el encuentro de hoy.

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El valor de uso del compromiso, para el técnico nacional Javier Aguirre, estriba en la oportunidad de dar una prueba más a jugadores que no participaron en la eliminatoria mundialista, y que han sido intermitentes en la Selección. Ejemplos, Adolfo Bautista y Matías Vuoso. Otro tanto puede decirse de Paul Aguilar, Jorge Torres Nilo, Adrián Aldrete, Alberto Medina y Ángel Reyna.

Todos ellos dependen, para pasar de la lista provisional de los llamados a la definitiva de los escogidos para el Mundial, una de dos: o de que llenen el ojo al técnico nacional, con una demostración de disciplina táctica digna de soldados... o de que tengan una actuación inspirada y se ganen el reconocimiento de la crítica.

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Antes de este cotejo, el “Tri” comenzó su preparación para el Mundial enfrentando sinodales —también es un decir...— que representaron un mínimo grado de dificultad: Bolivia (al que se venció por 5-0), Nueva Zelanda (2-0) y Corea del Norte (2-1). Y aunque  esos exámenes han sido útiles para comprobar, por ejemplo, que al “Chicharito” Hernández (que no fue llamado para el encuentro de hoy) no le pesa la camisa de la Selección más que la del Guadalajara, ya que también con la verde ha dado pruebas de que tiene en la bolsa la onza de oro del gol —que eventualmente puede traducirse en victorias—, también implican el riesgo de que se olvide que el Mundial de Sudáfrica será... otra cosa.