* “Caballada flaca”

La ventaja que llevan los “europeos” ―como se denomina a los jugadores mexicanos que militan en equipos del Viejo Continente― con respecto a sus colegas que continúan anclados en el terruño, incluidos algunos extranjeros que ejercieron su derecho a adquirir la nacionalidad mexicana y, por ende, eventualmente el privilegio de ser llamados a la Selección Nacional, es el nivel de las competencias en que participan.

Por una parte, ellos cumplieron ya el proceso de adaptación a los países en que viven actualmente: algo que no todos los jugadores mexicanos dotados de talento para el deporte ha conseguido, como lo demuestra la extensa lista de los que se fueron cargados de esperanza... y al poco tiempo fueron protagonistas del consabido “regreso sin gloria”. Por la otra, los que han conseguido plaza de titulares e incluso han sido figuras ―Rafael Márquez, por ejemplo― en sus equipos, han acrecentado sus talentos para el futbol.

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Ahora bien: si Javier Aguirre ha hecho la salvedad y en los últimos días ha sido reiterativo en declarar que el simple hecho de estar en Europa no les garantiza una plaza en la Selección que participará en el Mundial programado para comenzar el 11 de junio en Sudáfrica, es ―aunque no lo diga― porque, bien vistas las cosas, pocos futbolistas mexicanos hay en equipos europeos, dotados de las condiciones que permitan incluirlos en la clasificación de los jugadores que hacen diferencia.

Si, por ejemplo, Argentina tiene, entre otros, a Higuaín y Messi, y Uruguay a Forlán, México no tiene a ningún “crack” propiamente dicho del otro lado del mar.

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Por allá están los Salcido, “Maza” Rodríguez, Osorio, Moreno y el propio Márquez, zagueros todos ellos, cuyo nivel, en un momento determinado, pudiera ser similar al de jugadores que siguen en México. Están los hermanos Giovani y Jonathan dos Santos, todavía más en plan de prospectos que de resplandecientes realidades. Están Franco y Nery Castillo, demasiado inconstantes en sus apariciones en sus equipos... y, sobre todo, demasiado intermitentes en su rendimiento.

Ya para que Javier Aguirre siga pensando en Cuauhtémoc Blanco como el posible “creativo” de la Selección, a pesar de las señales de que sus mejores tiempos ya pasaron, es porque el “Vasco” (aunque no lo diga abiertamente delante de los medios de prensa nacionales) entiende que ―como decía, en un contexto similar, Rubén Figueroa― “la caballada está flaca”.