Jueves, 09 de Octubre 2025
Cultura | Igualdad de la sociedad mexicana

Un vistazo a la ciudadanía establecida en 1821

El sistema social de castas rigió a la Nueva España hasta el decreto de la Independencia de México

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO.- Imaginar la vida cotidiana en la Nueva España no es un ejercicio intelectual sencillo, porque la estructura social era distinta a la actual.

Desde el siglo XVI al XIX, los roles establecidos y las posibilidades de desarrollo quedaron limitadas al llamado sistema de castas, que encasilló durante casi 300 años a la población según su apariencia física.

Con la consumación de la Independencia de México en 1821, los integrantes de aquella joven nación ganaron, según los historiadores, la ciudadanía.

El académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG) David Carvajal explica que el sistema de castas surgió en América con la llegada de los españoles y su encuentro con la población indígena. Destaca que los peninsulares no venían solos en los barcos, sino que traían a trabajadores forzados de ascendencia africana.

De los registros históricos del encuentro entre los españoles y los indígenas, el docente de la UdeG afirma que el primer relato acerca de ese mestizaje entre ambas culturas estaba protagonizado por el conquistador Hernán Cortés y Malinalli, que pasó a la historia como La Malinche.

Carvajal comenta que según los trabajos y las publicaciones se tiene estimado que “en la Nueva España había entre 80 y 100 denominaciones” de las castas. Precisa que lo anterior se debe a que los términos varían según las regiones e incluso algunos de ellos aluden a la misma mezcla, pero el número de castas más común oscila entre 14 y 18, de las cuales se pueden destacar los mestizos (hijo de indígena y español), castizo (hijo de mestizo y español), coyote (hijo de mestizo e indígena) y mulato (hijo de español y africano). Éstas son las mezclas que han quedado plasmadas en la llamada pintura de castas.  

Restricciones


El historiador explica que durante el siglo XVI existía en España una preocupación primordial con respecto a las colonias americanas y era encontrar el sistema que permitiera el control de la sociedad. De ahí que desde la Corona española se estableciera una serie de prohibiciones y condiciones, con el propósito de desalentar la mezcla.

“Era una cuestión legislativa, pero en la cotidianidad nos damos cuenta de que hubo una serie de intercambios”, dice Carvajal.  

Detalla que en la legislación de la Nueva España no existían los mestizos, ya que “los españoles crearon una estructura para legitimar su superioridad y seguir en el poder”.

Sociedad novohispana

La distribución de los tres segmentos poblacionales -africano, indígena y español- era distinta según la zona.

De la sociedad novohispana, el historiador comenta que se privilegiaba el fenotipo dominante, es decir, el del conquistador. De la designación de las posesiones a los españoles en América, Carvajal expresa que ésta estuvo marcada por el componente del mestizaje.

El segmento de la población española representaba una minoría, pero llevaba el control en la Nueva España. El más representativo era el grupo indígena y en otro término estaba los africanos, cuyo número de población cambió según el momento y la región, lo anterior debido a que “se estableció un comercio de esclavos, que fue variando a lo largo de los tres siglos” de la Colonia.

En el Virreinato, el acceso social no estaba ligado a la capacidad de un individuo, sino a la apariencia física.  

Los altos cargos políticos y comerciales eran para los peninsulares y existía una marcada discriminación a los mestizos.

“Con el decreto de la Independencia, en 1821, todos pasamos a ser ciudadanos mexicanos”, recuerda el historiador  
De los investigadores que afirman que con la abolición del sistema de castas se ganó, Carvajal expresa que toman como ejemplo que México tuvo a dos presidentes indígenas: Benito Juárez -zapoteca- y Porfirio Díaz -mixteco-.

Mayra Torres de la O

Familias pluriétnicas

El docente de la UdeG explica que durante el siglo XVII, en las ciudades y en los reales de minas, el mestizaje fue tal que derivó en las llamadas familias pluriétnicas, donde una pareja procreaba a hijos que manifestaban fenotipos distintos, como mestizo y mulato.
“En una misma familia podían aparecer rasgos diferenciados, como en la actualidad”, señala Carvajal.
Esa diversidad en apariencias en una misma familia fue la que detonó el cambio social y el acceso de las castas a puestos de poder.

Limpieza de sangre

Como los puestos más importantes tanto políticos como sociales estaban destinados a los españoles, para evitar el mestizaje se dio un proceso que se llamó limpieza de sangre.

En la población indígena operaba de la siguiente manera: Español e indígena procreaban a un mestizo. De la mezcla de un mestizo y un español nacía un castizo. Castizo y español procreaban ya a un español.
En la vía descendente, si ese mestizo tenía un descendiente con una indígena, se le llamaba coyote.

En la población africana, esa limpieza de sangre no siempre ocurría.
De español y africano nacía un mulato. Si ese mulato procreaba con una española –que no era lo común- su descendiente era un morisco, que ya tenía rasgos blancos pero labios gruesos.

Si el morisco se unía con una española, nacía un albino, un bebé muy blanco pero con el cabello chino. Si el albino se casaba con un español, no siempre la descendencia era blanca y al hijo se le encasillaba como “no te entiendo” o “salta pa’ atrás”.

Con el decreto de la Independencia, en 1821, todos pasamos a ser ciudadanos mexicanos
David Carvajal, historiador.

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