Rafael Lozano-Hemmer se divierte con las nuevas tecnologías

MANCHESTER,INGLATERRA (20/SEP/2010).-  El artista mexico-canadiense Rafael Lozano-Hemmer presenta en Manchester una exposición interactiva en la que aporta una visión irónica y divertida sobre la existencia omnipresente de las nuevas tecnologías en la sociedad.

Entre los elementos protagonistas en Recorders, muestra dedicada al artista en la Galería de Arte de Manchester, son las cámaras de seguridad, los lectores de huellas dactilares, los micrófonos y los escáneres.

“La privacidad ya no es posible porque con el mero hecho de utilizar una tarjeta de crédito ya estamos lanzando al mundo millones de datos sobre nosotros”, precisó Lozano, elegido en 2003 como Artista del Año por la revista Wire.

Otros de los elementos presentes en la exposición son el perfil de Facebook, los teléfonos móviles con cámara, la aplicación Street View, de Google Maps, que a juicio del artista “nos exponen al mundo al provocar que miles de datos circulen sobre nosotros sin control. Tenemos un ser virtual que camina con vida propia a través de esas redes”.

Sin embargo, Lozano aclaró que la intención de su obra no es “moralizar” sobre su uso, sino divertirse jugando en la frontera entre lo artístico y lo tecnológico.

Todas las obras de la muestra se nutren de la interacción con el público para cobrar un significado completo, una inversión “un tanto macabra y tenebrosa” de la función tradicional del arte, que era meramente contemplativa y ajena al espectador.

“Antes la gente iba a los museos a inspirarse con el arte, ahora son las obras las que te observan, te escuchan y te sienten, y quieren que las entretengas”, señaló Lozano-Hemmer, quien presenta ocho instalaciones creadas para la ocasión.

PERFIL

El artista virtual

Rafael Lozano-Hemmer (Ciudad de México, 1967), desde edad muy temprana se fue a vivir a España, de donde es su padre y posteriormente se mudó a Canadá. Actualmente su tiempo lo divide entre Madrid y Montreal. El trabajo del artista mexico-canadiense destaca ante todo por su voluntad de no utilizar la tecnología como criterio de excelencia artística. Algo que él concreta en su posición crítica frente a lo que llama “lo tecnológicamente correcto”. Entre los reconocimientos cosechados se encuentran dos británicos como el BAFTA (2002 y 2005) y otros más en Austria, Francia, Francia, Alemania y Estados Unidos, todos en la categoría de Arte Interactivo.