Monsiváis se queda grabado en la memoria

GUADALAJARA, JALISCO (20/JUN/2010).- El mundo de la cultura y la política en México expresó su dolor y condolencias por la muerte del ensayista y cronista Carlos Monsiváis, sucedida ayer al mediodía. Las reacciones no se si hicieron esperar por sus amigos, colegas y funcionarios, entre los que se encuentran Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, Ramón Xirau, el presidente Felipe Calderón y el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.

En nombre del Gobierno mexicano, Gómez Mont expresó sus condolencias a la familia del escritor y periodista, por lo que a través de un comunicado dijo que Monsiváis será reconocido no sólo por el sin número de obras que le valieron diversos reconocimientos, entre los que se encuentran el Premio FIL de Literatura 2006 y el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Arizona, sino también por su crítica y activa colaboración en los medios de comunicación. Al respecto, Felipe Calderón expresó que el ensayista "fue poseedor de una pluma y de una inteligencia excepcionales”.

En el mismo tenor, el escritor Carlos Fuentes recordó que convivió con el autor de Días de guardar desde hace medio siglo, con quien cosechó una gran amistad. “Fue un muy querido amigo, casi desde que él estaba en la preparatoria y yo en la Facultad de Derecho. Mantuvimos una larga amistad de casi 50 años, en que creo que él me dio mucho y yo le di mucho a él. Tuvimos una relación afectuosa, muy creativa, creo que lo más importante para mí es mi relación personal con Carlos Monsiváis. La relación de amistad que mi esposa Silvia y yo tuvimos con él”.

Sobre esa pérdida que se menciona en diferentes medios, el autor de La región más transparente y Aura, entre otros libros, expresó que “no hemos perdido a Carlos Monsiváis; un escritor no se muere porque deja una obra. No se pierde a Monsiváis: se ha ganado a Monsiváis para siempre”.

Por otro lado, la también escritora y periodista Cristina Pacheco, quien conoció al autor de Apocalipstick en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), externó que “la risa de Carlos aún resuena en mi memoria”, luego de conocer tan lamentable noticia.

Al final, “todo queda como una experiencia de vida”, dijo Pacheco, quien ante el impacto de la infausta noticia se declaró incompetente para hacer en este momento un análisis de la trascendencia del portentoso legado que deja Monsiváis.

Así también, desde La Habana, Cuba, el presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), Miguel Barnet declaró que la muerte del cronista y ensayista mexicano es un “gran hueco” para el pensamiento de México y América Latina.

Del fallecido ayer al mediodía, Barnet se considera su amigo y expresó que “lo vamos a extrañar mucho por su agudeza y sus juicios afilados y certeros. Carlos Monsiváis fue la conciencia crítica de su país en el terreno político, artístico, en el de espectáculo y en la sociedad. Lo definiría como el rayo láser de México”.

En el mismo sentido, el académico, escritor y filósofo catalán Ramón Xirau afirmó que fue su admirador “por su monumental obra constructiva. Su muerte es un acontecimiento que siento mucho, que me entristece y me duele sobremanera”, externó el también miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

De manera inevitable, surgió la anécdota afable: “Nos gustaba ir juntos a los restaurantes de la Ciudad de México y comíamos de todo, pero a Carlos Monsiváis siempre, siempre, le gustó el buen pescado”.

José Emilio Pacheco, escritor y poeta, declaró que con la muerte de su amigo Carlos Monsiváis se pierde una conciencia crítica irremplazable. Nos queda, en cambio, una obra vastísima que empezó en Días de guardar (1970) y culminó en Apocalipstick (2009), uno de sus grandes libros”.

El autor de El principio del placer agregó que “Ante su muerte sólo podemos leerlo y releerlo y darle al fin el sitio que merece entre los grandes escritores mexicanos de todos los tiempos”.

Por otro lado, la escritora Elena Poniatowska dijo que con la muerte de “Monsi” pierde mucho la gente de habla hispana porque “manejaba un español insuperable y era un hombre que sabía pensar, y saber pensar es algo que se agradece muchísimo, sobre todo en estos tiempos”.