Cultura | Exposición en el Museo Reina Sofía Martín Ramírez, el arte más allá de la esquizofrenia Primera gran retrospectiva en España de la obra del artista outsider jalisciense Por: EL INFORMADOR 31 de marzo de 2010 - 01:32 hs MADRID, ESPAÑA.- La obra del artista jalisciense Martín Ramírez (1895-1963), tan atractiva como desconocida, llega por primera vez a Europa. Hasta el próximo 12 de julio, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid (España), exhibirá en sus salas 62 obras en papel, algunas de las cuales nunca se habían exhibido públicamente, brindando al visitante la oportunidad de adentrarse en el universo personal de este creador outsider (al margen), diagnosticado esquizofrénico. Ramírez realizó alrededor de 450 dibujos de una asombrosa claridad visual y una gran fuerza expresiva durante los 30 años de su vida que pasó en un hospital psiquiátrico en Estados Unidos. Hacía sus obras en una sala que compartía con docenas de hombres, también confinados por sus incapacidades mentales y físicas, y quizá porque eran indigentes, pobres y desempleados. Su espacio de trabajo estaba en un rincón del pabellón. Guardaba sus dibujos bajo el colchón, para protegerlos. Sus herramientas artísticas se apilaban en una mesita de noche. Recluido en aquel espacio compartido, se embarcó en su aventura de artista autodidacta. Este acto de creación en una cultura de confinamiento le une a una extensa tradición de individuos que respondieron al mismo impulso. Crear arte en cárceles y sanatorios y desarrollar estrategias expresivas formales y técnicas específicas para sus restrictivas atmósferas se ha revelado como una reacción común entre internos y pacientes desde finales del siglo XIX en adelante. A pesar de que a lo largo de los años Ramírez ha sido clasificado principalmente como un “artista esquizofrénico”, la muestra que se presenta en el Museo Reina Sofía va más allá de este limitado diagnóstico de enfermedad mental, para analizar la calidad y el valor de la producción del autor. Los dibujos de Ramírez se caracterizan por su inventiva y su sencillez, por sus extraordinarias manipulaciones espaciales y por un variado repertorio de referentes visuales donde se fusionan los motivos mexicanos y la cultura popular americana de mediados del siglo pasado, el entorno de la reclusión y la experiencia del artista como jalisciense que vivió en la pobreza y el exilio en Estados Unidos. Todo lo que tenía a mano parecía servirle para realizar sus creaciones. Con un envoltorio de un caramelo, las páginas de un libro y una tarjeta de felicitación era capaz de crear sus particulares dibujos, a partir de la técnica de ensamblaje. Una patata, pan y saliva podían convertirse en un improvisado pegamento para ensamblar. Un palillo y un punzón podían ser suficientes para ir haciendo sus dibujos. “Así, entre cama y cama, el artista recogía materiales de la basura, como trozos de papel y lápices, para dibujar sobre las sábanas de papel que se utilizaban en el centro psiquiátrico”, explica Brooke Davis Anderson, comisaria (curadora) de la exposición Martín Ramírez. Marcos de Reclusión que acoge el Museo Reina Sofía de Madrid. En ese mismo espacio, Ramírez exponía las creaciones que después daban lugar a debates con sus colegas e incluso son los guardas de seguridad, y sería también, más tarde, su punto de encuentro con otros artistas americanos. “Es una obra muy evocadora que trae a la mente toda su peripecia vital”, señala Davis Anderson. Variedad de formatos Sus cerca de 500 obras abarcan todos los formatos, desde piezas miniaturas de varios centímetros hasta murales de tres y cuatro metros que extendía en el suelo y llenaba de imágenes sin perder la proporción del papel en silencio sepulcral. Dibujaba en un trozo de papel mientras tenía el resto enrollado. Los personajes que crea Ramírez están a menudo encerrados en círculos, rectángulos o cuadrados, rodeados de paisajes o animales en un lenguaje personal y coherente. Las líneas repetitivas o la fragmentación del cuadro en espacios cerrados como hacía el esquizofrénico Adolf Wölfli son dos características del artista jalisciense. Su obra muestra a un creador audaz, imaginativo y sencillo en su manera de hacer arte, lo que para él era su único medio de comunicación con el exterior, adverso y hostil a su vida interior. Misteriosa locura La locura del pintor es uno de los misterios que, probablemente, nunca se conocerá con precisión. Y menos todavía a partir del análisis de sus producciones artísticas. Martín Ramírez nació en 1895 en Rincón de Velázquez, Tepatitlán, donde tuvo una vida normal hasta 1925, cuando emigró a Estados Unidos, dejando atrás esposa y cuatro hijos. El Norte era la riqueza y a él le atraía el trabajo en los ferrocarriles de California. La Gran Depresión en 1929 le dejó sin trabajo, perdió el habla, vagabundeó hasta que fue hallado errante a principios de la década de 1930 en un parque de Los Ángeles. La policía lo detuvo y fue ingresado en el Hospital Estatal de Stockton, San Joaquín County, con un primer diagnóstico de depresión maníaca, de donde escapa varias veces para acabar de nuevo internado. En 1933 se le diagnostica demencia precoz en forma catatónica. A mediados de 1930 comienza a dibujar de forma habitual. En 1948 es trasladado al Hospital Estatal de DeWitt, en Auburn, donde permaneció en silencio el resto de su vida, más de 30 años. Ahí conoció a Tarmo Pasto, profesor de Psicología y Arte del Colegio Estatal de Sacramento, quien siguió y apoyó su trabajo. Temas Artes Plásticas Exposiciones Museos Lee También El Festín de los Muñecos cumple 20 años; anuncian el cierre de un ciclo Cantos de tierra y exilio: Illapu vuelve a Guadalajara Un octubre artístico para celebrar los 31 años del MUSA Guadalajara: la ciudad que respira arte Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones