Marc Ribot's Ceramic Dog ofrece concierto ecléctico en el Degollado

GUADALAJARA, JALISCO (17/ENE/2013).- Imposible clasificar en un solo género la música producida por Marc Ribot's Ceramic Dog. Lo constataron quienes escucharon el concierto que ofreció la banda con sede neoyorquina, la noche de este miércoles en el Teatro Degollado.

El poderoso trío liderado por Marc Ribot --"se pronuncia Ree-bow", aclara el músico en su sitio web-- es uno de los tantos proyectos del original compositor y guitarrista, quien a lo largo de su carrera ha colaborado con músicos de la talla de Tom Waits, Elvis Costello y John Zorn.

El grupo se complementa con la actuación musical de dos jóvenes virtuosos: Shahzad Ismaily en el bajo y los sintetizadores; y Ches Smith, en la batería. Ribot define al grupo como un colectivo libre de punk, funk, experimental, psicodélica y post electrónica.

Desde las primeras notas que se escucharon en un Degollado a la mitad de su capacidad, el guitarrista dio muestra de un aprendizaje que obtuvo --según sus propias declaraciones-- en sus inicios en la música, con el organista Jack McDuff's: A nunca tocar la nota evidente.

El primer track --porque difícilmente se le puede llamar canción-- fue uno de secuencias cortas, a veces más melódicas, a veces más estridentes, que cambiaban por completo de una a otra sin dejar pausa alguna para el silencio.

Las distorsiones de la guitarra y la utilización de los pedales y sintetizadores, fueron elementos constantes a lo largo de la noche. El bajo de Ismaily y la batería de Smith, a veces parecían sonar de manera independiente a la guitarra --provocando atmósferas de noise-- para después volver a unirse en una nueva melodía.

El repertorio continuó con temas instrumentales lentos, muchos momentos de saturación sonora, ritmos entre el funk y el soul, y canciones de corte más punk; tal como The Masters of the Internet; "una canción de protesta", según aclaró Ribot --no sin un tono de ironía-- al finalizar ese tema y recibir los aplausos.

El de Ribot y sus músicos, es un performance musical que difícilmente volverá a ocurrir en el mismo orden y de la misma manera. Lo sugirió el mismo guitarrista y compositor cuando --después de más de una hora y media de concierto-- dirigió unas cuantas palabras a los espectadores tapatíos, quienes escucharon la propuesta neoyorquina más bien quietos en sus butacas.

Dijo que en esta sesión se habían tocado canciones del disco anterior --titulado Party Intellectuals (2008)-- así como de discos que aún no se producen. "Que se publicarán en algún momento del futuro", afirmó, "pero nadie puede saber cuándo". Después anunció que lo que se escucharía a continuación no estaba grabado en ningún álbum, y probablemente nunca lo estaría.

Durante casi todo el concierto, Marc Ribot mantuvo la figura encorvada, con la mirada hacia el suelo, mientras que bajista y baterista intercambiaron continuamente sonrisas cómplices para después volver a su evidente disfrute personal.

Por el poder transformador de la música

Además la música por sí misma, el objetivo del concierto que ofreció Marc Ribot's Ceramic Dog en el Teatro Degollado, fue el de sumar esfuerzos para que la Fundación Tónica sigan fomentando la difusión y aprendizaje del jazz, y la música popular contemporánea en Guadalajara.

Con esta actividad y después de seis años de intenso trabajo, la asociación civil liderada por los músicos y promotores Sara Valenzuela y Gil Cervantes, realizó su Primera Campaña de Procuración de Fondos.


AGENCIA INFORMADOR / EUGENIA COPPEL