La obra de un artista converso

GUADALAJARA, JALISCO (30/JUN/2011).- Es un hombre feliz pero sobre todo respetuoso. Dice que hay muchos artistas que se han instalado en el lugar común de atacar a la iglesia católica pero sobre todo las creencias de las personas. Cree que más que un ser humano él es un ente con espíritu, por eso va a misa todos los domingos y está en el club de oración de la parroquia de su barrio. Es enfático cuando dice: “No quiero que me tachen de predicador, sólo es que no creo en las personas que no creen en la palabra o en las palabras, en su poder de comunicar. Estoy consciente de mis limitaciones en cada cuadro que he hecho, pero apenas estoy empezando esta nueva etapa de mi vida y he cerrado otra”. Quien habla es Carlos Vargas Pons, uno de los mejores pintores jaliscienses  contemporáneos que se siente, literalmente, “convertido” y que hoy a las 19:00 horas inaugura la exposición Estigmas, en el Museo de sitio del Congreso del Estado.

Ya en 2008 Vargas señalaba que cuando expone: “es de lo más grato percibir los distintos enfoques que la gente le puede dar a mi obra. Eso concluye el proceso por el cual se trabaja, pero creo que podría resultar riesgoso pensar demasiado en ese aspecto cuando uno está solo, en su estudio, trabajando consigo mismo y con la obra…”

Ahora Vargas vuelve sobre el tema de la creación, del artista como comunicador de ideas. Señala que tiene una gran responsabilidad con el público que consume su obra. “Para mí, es cada vez más evidente y claro que, conforme a las reflexiones que he tenido estos últimos años, los artistas debemos ser conscientes de la responsabilidad que tenemos como comunicadores”.

Han pasado siete años desde que este pintor, cuya obra se puede considerar hiperreal, casi fotográfica; es un convertido. “En la adolescencia uno pierde el piso muchas veces, te surgen dudas y te alejas de Dios y en general olvidas que tienes un espíritu que alimentar. Hace siete años comencé a leer la vida de los santos, en especial la de San Francisco y siento que en algún punto me tocó. Claro que esto fue lo nutre la obra por eso es esta exposición”.

Venta consolidada

La exposición Estigmas, que cuenta con cuatro cuadros al óleo y su primera muestra fotográfica de nueve imágenes es una muestra de 23 años de trabajo profesional. Todas las obran están compuestas por dos ingredientes fundamentales: imágenes religiosas y la genialidad de los trazos de este hombre que dedica diez horas al día de su vida a cada cuadro. “Trato de estar en constante producción, invierto el tiempo suficiente para poder  sacar un cuadro por mes. De momento tengo resuelto el asunto de la venta de mis cuadros… me va lo suficientemente bien para darle una vida modesta a mi familia; pero en este mundo no todo está resuelto de por vida”.

Estigmas además es un homenaje “a la pasión de los santos y de la figura de Jesucristo… no es una exposición religiosa pero sí con figuras que en los últimos años me ha transformado”.

Al respecto de su cambio de vida, dice que “los artistas se han instalado en el lugar común y no se dan cuenta que ya aburrimos al público diciéndole cosas. Respeto a los que son críticos pero también creo que dentro de la iglesia (católica), como en todas las instituciones, hay personas integras. No podemos tachar a todos por igual  y de eso también se trata lo que hago, de ser congruentes… por eso esta etapa de mi vida es como la quiero cerrar con estas obras”

Vargas Pons admite que ha sido “chiqueado” tanto por los medios como por sus compradores, aunque “también tiene que ver con la calidad que le vas otorgando a tu obra”. Y es que este hombre no para de hablar de algo que le ha cambiado radicalmente su vida y además, porque el pasado viernes llegó otro miembro a la familia: su tercera hija. “Yo lo que les digo ahora que son pequeños es que debemos de ser congruentes, lo que se dice y lo que se piensa con lo que se hace… si todos lo entendiéramos así quizá viviríamos en un mundo mejor, más fraterno y con mucha más esperanza”.

Perfil

Hiperrealista

Carlos Vargas Pons nació en Guadalajara Jalisco en 1968. Estudió artes plásticas con Enrique Ruiz Rojo, José Fors y Davis Birks. Posteriormente, ha continuado su preparación y perfeccionamiento al lado de otros destacados pintores y dibujantes.

Algunas de sus obras se basan en composiciones de importantes artistas, con su sello estético-plástico personal. Se distingue por haber sido invitado a participar en la exposición Jalisco, Genio y Maestría y su obra forma parte de la Colección Permanente del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara. Su obra fue reconocida por la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara (1995), institución que lo incluyó en el libro Cuatro Siglos de Pintura Jalisciense (1997).