Sábado, 04 de Mayo 2024
Cultura | Crónica

Felicidad cuántica

Mientras afuera de la Expo una manifestación política se sale de control, en el salón 5 un grupo de optimistas no encuentra de qué preocuparse

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (02/DIC/2012).- La felicidad existe.  El joven Jorge Cuevas lo sabe y por eso decidió escribir ''El Buscalocos'': para denunciar “lo bueno que pasa en México”.

Así, a las cinco y media de la tarde manifestantes antipeñistas y gendarmes –bola de amargados–, se batían a golpes afuera de la FIL, mientras adentro un puño de fanes de Cuevas –los optimistas–, hacían fila para ver al autor, con consignas garabateadas en las camisetas: “¡Sigo con empleo!”, “¡No me tocó la guardia!” y “¡Vacaciones ya pronto!”.

La felicidad existe y es cuántica: “Eso quiere decir que el león no es como lo pintan, sino que la realidad es cuántica”. ¿Ehhh? Don Mario, que está muy contento hoy, no se desespera por la ignorancia de su interlocutora. “Cuando tú cambias todo cambia”, explica, paternal.

La cosa es que hay quienes no lo entienden. Los que no han sido iluminados por Jorge Cuevas, el escritor que quiere compartir las buenas noticias, se manifestaron en la tarde nada más porque el nuevo Presidente de México no les gusta. A la misma hora, los seguidores de Cuevas cantaban a coro “Por tu maldito amor”, en el salón 5 de la Expo, que estaba atestado de fanáticos de las buenas noticias.

La felicidad existe, es cuántica e incluso puede ser política. Don Mario feliz afirma que ese estado del alma comienza cuando cada quien resuelve sus problemas y no espera que los otros vengan a resolverlos: “Hay que ver lo positivo de la transición. Todo cambio tiene algo positivo”, dice con una sonrisa de monje yoga. Añade que hay que extraer del alma el síntoma del malestar y aventarlo, no cargarlo.

Cosa curiosa: justo eso fue lo que intentaron los manifestantes antipeñistas. Soltaron las piedras para expresar su malestar porque les cerraron el paso cuando intentaban entrar a la FIL, no se sabe con qué intenciones. Ellos con sus piedras, los policías con sus toletes, en vez de quedarse en casa a leer buenas noticias o entrar al salón cinco, donde el buscalocos le preguntaba a sus fieles seguidores: “¿Qué te hace falta aceptar de tu historia y de tu origen?”.

Vanesa Robles

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