Exhiben vestigios de una escuela de la elite azteca en la capital mexicana

CIUDAD DE MÉXICO (26/ENE/2012).- Los vestigios del "Calmécac", la principal escuela de la elite azteca perteneciente a la antigua Tenochtitlán, junto con unas 88 piezas prehispánicas, coloniales y contemporáneas, se exhiben desde hoy en Ciudad de México, en el museo de sitio del Centro Cultural de España en México (CCEMx).

El "Calmécac" fue edificado desde el año 1486 hasta el 1502, dentro de la zona sagrada de México-Tenochtitlan, y estaba ubicado a unos 100 metros del Templo Mayor, el principal centro ceremonial de la capital azteca.

El coordinador del proyecto de ampliación del CCEMx, Germán Rostán, recordó que el hallazgo arqueológico tuvo lugar cuando se realizaban las obras en el edificio, iniciadas el 17 de julio de 2007.

"Se trata de uno de los basamentos fundamentales de la época de mayor apogeo de los aztecas, donde eran formados sus futuros dirigentes de la sociedad, entre ellos, gobernantes, sacerdotes o guerreros de elite", destacó, por su parte, el arqueólogo Raúl Barrera, responsable de las excavaciones y del estudio de dichos restos arqueológicos.

Barrera detalló que el hallazgo precolombino está constituido por una plataforma con suelo de estuco y una banqueta frontal y restos de lajas de basalto.

Al lado de dicha edificación se encontraron las esculturas de Mictlantecuhtli, el señor de los muertos, y de Xiuh-tecuhtli, la deidad solar, además de elementos de construcción del periodo colonial y de mediados del siglo XX.

De igual forma, se hallaron a su alrededor más de un centenar de piezas representativas de las etapas prehispánica, colonial y moderna que "enriquecen los estudios antropológicos", pero sólo 88 serán exhibidas en este museo, en tanto que el resto las guardarán autoridades culturales mexicanas, explicó Barrera.

Entre los vestigios encontrados destacan dos almenas con dimensiones de 2,38 metros de largo por 1,2 metros de ancho, cada una.

Estas dos piezas decorativas fueron elaboradas en barro y en forma de caracol cortado y fueron depositadas como ofrenda a 5,36 metros de profundidad del subsuelo.

Otro de los importantes vestigios es una cabeza de piedra de Ehecatl, dios del viento, así como una mandíbula de humano grabada en honor a Mixcóath, el dios mexica de las tempestades y de la caza y que su nombre en náhuatl significa "serpiente nube".

Para la directora del Centro Cultural de España en México, Ana Tomé, el descubrimiento "ha sido una de las mejores oportunidades para poder conocer parte de las civilizaciones antiguas de México".

Aclaró que los vestigios forman parte del patrimonio de México y que el Gobierno español solamente "se encargará de financiar su mantenimiento".

Para no dañar los vestigios, la excavación arqueológica, realizada por autoridades culturales mexicanas, se realizaron con "pico y pala" en una superficie de 714 metros cuadrados y a una profundidad promedio de 8,50 metros, añadió Rostán.

"Fue un arduo trabajo de dos años, incluso la gente se puso nerviosa por la profundidad de las excavaciones, algunos llegaron a pensar que se podría caer el Museo de la Caricatura, ubicado en el edificio de al lado, hubo hasta manifestaciones; pero al final se demostró que se hizo un buen trabajo sin que se registrara ninguna afectación", puntualizó.