El artista se impuso el reto de conciliar excelencia y fama, tradición y modernidad en su música. Aunque nunca ha dejado de ofrecer conciertos clásicos tradicionales, comenzó a grabar piezas de su otra gran pasión: el rock.Garrett figura en el Libro Guinness de los Récords Mundiales como el violinista más rápido del mundo por haber interpretado sin fallos El Vuelo del Abejorro, de Nikolái Rimski-Kórsakov, en sólo 65,26 segundos en diciembre de 2008.