Domingo, 28 de Abril 2024
Cultura | Aunque tuvo una incursión en la radio, Villoro se debe a la palabra escrita.

El irresistible encanto de Villoro

Aunque tuvo una incursión en la radio, Villoro se debe a la palabra escrita. Ha publicado en Nexos y Proceso.

Por: EL INFORMADOR

El capitalino es la encarnación más disfrutable del escritor moderno: actual, inmediato y accesible.  /

El capitalino es la encarnación más disfrutable del escritor moderno: actual, inmediato y accesible. /

GUADALAJARA, JALISCO (08/DIC/2013).- Escritor y periodista mexicano”, dice su descripción en Twitter. También debería decir “tuitero”, porque Juan Villoro es un encanto de las letras en cualquier plataforma.

El capitalino es la encarnación más disfrutable del escritor moderno: actual, inmediato y accesible. Juan Villoro tiene seguidores de carne y hueso más allá de quienes le dan follow a través de las redes sociales, y su esfuerzo será reconocido una vez más cuando reciba el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural “Fernando Benítez”.

Juan Villoro no estudió ni periodismo ni literatura, sino sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana. Nació en 1956 y es hijo del filósofo Luis Villoro.

Goza y tiene aficiones mundanas como el rock, el cine y el futbol, de las que bien atina opinando al igual que sobre la descomposición social causada por la violencia.

Aunque tuvo una incursión en la radio, Villoro se debe a la palabra escrita. Ha participado en publicaciones como Nexos, Proceso y Letras Libres, así como algunas ya extintas como Vuelta. También es colaborador del diario español El País.

Entre 1995 y 1998 dirigió el suplemento cultural La Jornada Semanal, del periódico La Jornada, marcando una de las etapas de mayor lucidez del periodismo cultural en la prensa diaria.

Juan le va al Necaxa y al Barcelona. Ha cubierto varios mundiales de futbol, y muchas de sus piezas fueron recogidas en sus libros recopilatorios de crónicas y ensayos, como “Dios es redondo”, publicado en 2006. Se siente cómodo y es ágil con su visión incluyente de la cultura. Hace parecer como obtusos a los literatos que se empeñan a hablar sólo de las bellas artes.

Su narrativa, beneficiada por el rico intercambio entre periodismo y literatura, no sólo es clara y descriptiva, sino cautivante. “Necesito ambos estímulos. Es posible que algunos lectores piensen que alguien que ejerce el periodismo no es tan selecto como el novelista puro, pero esto, lo sabemos, es una falacia. Cervantes fue soldado, Dostoievski ingeniero y García Márquez periodista”, dijo en una entrevista con usuarios del portal de El País.

El ritmo de sus relatos es casi didáctico, por lo menos para los estudiantes de periodismo que se quieran aventurar en el género más difícil de todos, el de la crónica.

Villoro también ha pisado las aulas para compartir sus técnicas y conocimientos como profesor de literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México y profesor invitado en las universidades de Yale, de Boston, Pompeu Fabra y de Princeton.

“La noche navegable” fue su primera incursión literaria, un cuento. Con “El testigo”, en 2004, ganó el Premio Herralde de novela. Desde ahí, lo mismo en artículos, crónicas, ficción y tuits, Villoro no ha parado de encantar.

El autor

Villoro nació en el Distrito Federal de México el 24 de septiembre de 1956, tras estudiar sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y asistir al Taller de Cuento de Augusto Monterroso, de 1976 a 1977 fue becario del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en el área de narrativa. Condujo el programa de Radio Educación El lado oscuro de la luna de 1977 a 1981 y de 1980 a 1981.

Fue jefe de actividades culturales en la UAM. Agregado cultural en la Embajada de México en Berlín entre 1981 y 1984, dentro de la entonces República Democrática Alemana.

Críticas a los medios digitales

Villoro ha sido un crítico recurrente de varios aspectos de las redes sociales y en general del manejo que se da a la información en los medios digitales. Al respecto, ha señalado que el comportamiento humano en esos ámbitos ha dado pie a una civilización del equívoco, indicando que “no hay identidad a salvo” y que “cualquiera puede suplantar a cualquiera”, preguntándose si los respaldos digitales no serán tomados en el futuro como fuentes fiables para desentrañar el pasado, como lo son para nuestras sociedades el código de Hammurabi, la piedra Rosetta o las inscripciones del palacio de Nabucodonosor.

FRASE

"Realmente la felicidad no tiene historia".

Juan Villoro, escritor

PARA SABER

En la FIL


Domingo 08 de diciembre

17:30 a 18:20, Auditorio Juan Rulfo

Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez a Juan Villoro

SABER MÁS

• Obras a leer

Novelas


> El disparo de argón, 1991

> El testigo, 2004

> Arrecife, 2012

Crónicas periodísticas

> Los once de la tribu, crónicas de rock, fútbol, arte y más..., 1995

> Safari accidental, 2005

> Dios es redondo, ensayos y crónicas sobre fútbol, 2006

Temas

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