Viernes, 26 de Julio 2024
Cultura | Con una decoración de palacio barroco vienés y Las Bodas de Fígaro

Covent Garden celebra 25 años de último montaje de Strauss

La Royal Opera House recibirá el montaje de Der Rosenkavalier, puesta en escena opulenta

Por: EFE

LONDRES, INGLATERRA.-La Royal Opera House de Covent Garden celebra los veinticinco años de su última producción de "Der Rosenkavalier" (El Caballero de la rosa), la ópera de Richard Strauss que ha servido desde su estreno en Dresde en 1911 para el lucimiento de los más grandes intérpretes.

Directores como Herbert von Karajan, Georg Solti, Karl Boehm, Erich y Carlos Kleiber o Leonard Bernstein y cantantes de la categoría de Elisabeth Schwarzkopf, Christa Ludwig, Kiri te Kanawa, Lisa della Casa, Renée Fleming, Felicity Lott, Anna Tomowa-Sintow o Agnes Baltsa, por sólo citar a algunos, quedarán para siempre asociados a esa obra.

La producción que ofrece ahora la ópera londinense hasta el 22 de diciembre es la del británico John Schlesinger, de 1984, tiene los decorados originales de William Dudley, el vestuario de Maria Björnson y las luces de Robert Bryan, y, a decir verdad, queda un tanto trasnochada.

Es una puesta en escena opulenta, con una decoración de palacio barroco vienés y claras reminiscencias de "Las Bodas de Fígaro", modelo que tuvo siempre en mente Strauss al escribir esta ópera con libreto de Hugo von Hofmannsthal que combina extrema comicidad con una profunda reflexión agridulce, también muy vienesa, sobre el paso del tiempo y la caducidad de las relaciones sentimentales.

En el papel de la Marschallin (Mariscala), Soile Isokoski ofrece una interpretación impecable aunque un tanto fría del personaje: una mujer madura que, tras encontrar el amor fuera del matrimonio en alguien mucho más joven que ella, presiente que terminará perdiéndolo y se resigna estoicamente a su suerte.

La soprano finlandesa no logra transmitir la intensidad emocional requerida en el soliloquio del primer acto sobre el paso del tiempo o en el momento final de altruista resignación, y en el maravilloso trío del tercer acto queda un poco apagada frente a las de sus compañeras.

La francesa Sophie Koch, que se estrena en Londres como Octaviano -aunque es un papel que ha cantado, sin embargo, ya antes en Viena, Barcelona o Múnich, entre otras ciudades-, tiene una voz magnífica y firme de mezzo y su interpretación es vibrante y enérgica en todo momento.

Completa el trío de principales voces femeninas la soprano británica Lucy Crowe, que da gran veracidad a su papel de Sophie, la joven ingenua a quien su padre, un burgués recién elevado a la nobleza, pretende casar contra su voluntad con el pomposo barón Ochs, pero que terminará naturalmente enamorándose de Octaviano.

El bajo británico Peter Rose está excelente en el rol del grotesco barón, que canta con enorme aplomo, especialmente en la deliciosa escena del vals, mientras que el veterano Thomas Allen borda también su papel de padre de Sofía, el tan ambicioso como cobarde Faninal.

Al frente de los músicos de la Royal Opera House, el maestro ruso Kirill Petrenko se enfrenta con desbordante energía a la complejidad orquestal de Richard Strauss, creador aquí de una sonoridad que debe mucho a otras composiciones anteriores suyas abiertamente vanguardistas como las óperas Salomé, Elektra, pero también a su autobiográfica "Symphonia Domestica".

Un mundo sonoro, el de Strauss, en el que las disonancias más valientes y explosivas, rayanas en lo caótico, de muchos pasajes choca con el lirismo sentimental y casi azucarado de otros, lo que ha hecho a muchos considerar "Der Rosenkavalier" como una obra retrógrada en términos estrictamente de evolución del lenguaje musical de comienzos del siglo XX.

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