Cien años de Huerta

GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2014).- La literatura mexicana homenaje este año a varios de los escritores más renombrados del siglo XX. Uno de ellos es el centenario Efraín Huerta, cuya conmemoración dentro de la FIL convocó a los poetas David Huerta, Luis Vicente de Aguinaga, Ángel Ortuño, Daniel Bencomo y Emiliano Delgadillo.

Mientras algunos asistentes aún se sentaban, la sesión comenzó in media res con la lectura de poemas de Huerta, con la voz de De Aguinaga.

Posteriormente David Huerta, hijo del poeta celebrado, tomó el micrófono para resaltar: «Su sentido de la amistad y del amor. Quienes lo queremos y lo admiramos estamos muy conmovidos por lo que ha sucedido en este 2014». Agradeció también la labor como ensayista de Luis Vicente, al arrojar luz con sus análisis sobre los poemas de Huerta, en particular Greyhound Poems.

El también poeta David Huerta prosiguió con la lectura de El Tajín, «Un poema que le robé a Bencomo porque él lo iba a leer. Lo soborné con primeras ediciones», bromeó sobre el convencimiento para que David mismo lo leyera: «Mal empieza la semana a quien matan en lunes», agregó. Sobre el tema del poema, Huerta apuntó que se trata sobre «la desaparición de este país».

Tras la emotiva lectura, De Aguinaga encomió a David Huerta para que explicara el contexto histórico del poema, pues el poema de El Tajín tiene una triste vigencia por las represiones; David refirió a Mi país, oh, mi país. Además agregó sobre la anécdota de la visita al Tajín, en la que el poeta asegura que sucedió el momento exacto en el que pensó el poema.

Ángel Ortuño fue el siguiente en incorporarse a la dinámica de lectura y comentarios. El poeta tapatío hizo hincapié en el humor del poeta, algo que se fue desarrollando cada vez más conforme avanzó su obra: «Sin ceder un ápice en lo corrosivo y lo crítico». Leyó los famosos poemínimos, esos poemas breves dentro de un género propio que inventó Efraín Huerta.

La lectura de los poemínimos provocó risas en los asistentes, por el perfil ligero y creativo que Huerta les imprimió. Finalmente, Ortuño celebró que en este centenario no se petrificara la figura del poeta homenajeado.

Emiliano Delgadillo prosiguió con la lectura de poemas. El joven fue presentado por De Aguinaga como un lector atento y minucioso de la obra del poeta nacido en Silao. Luis Vicente agregó que a Delgadillo le debemos dos ediciones publicadas en este 2014, a propósito del centenario: la edición facsimilar de Los hombres del alba, en Conaculta, y la Iconografía, un libro con la historia visual de Efraín Huerta.

Delgadillo retomó la idea de considerar a Huerta como el último poeta modernista, añadiendo que también sería el primer poeta ultrarrealista. Más allá de las corrientes literarias del siglo XX, Emiliano señaló los vínculos atemporales en la poesía de Huerta, al afirmar que abreva de la tradición que va de Garcilaso de la Vega a Sor Juana, sobre todo en el poema al que dio lectura, El encarnizado.

Daniel Bencomo fue el último de los ponentes en participar. El literato señaló el ánimo erótico en la obra del celebrado: «Es un poeta absolutamente poseído por el eros como principio creador e iluminador», afirmó.

Bencomo leyó poemas políticos: «Que arda y sufra por siempre el señor presidente» fueron de los versos más aplaudidos hasta ese momento. Sin embargo, la lectura del Manifiesto nalgaísta provocó aún más risas y aplausos, sin importar la longitud del poema. Los ponentes (Huerta, De Aguinaga y el propio Bencomo) profundizaron en la gran cantidad de recursos poéticos que utilizó Efraín en ese largo y divertido poema, en el que realiza numerosos guiños a otros escritores.

Tras hora y media de poesía y diálogo sobre la vida y obra de Huerta, Luis Vicente de Aguinaga encomió a sus compañeros a utilizar los últimos veinte minutos de la actividad para de nuevo todos compartir un texto y una breve reflexión sobre Huerta.

Durante la presentación se regaló la Gaceta publicada por el Fondo de Cultura Económica, en particular el número dedicado a Efraín Huerta.

PARA SABER

Los títulos Poesía completa, El otro Efraín (prosa), Iconografía y El gran cocodrilo en treinta poemínimos están disponibles en el stand del Fondo de Cultura Económica, en la FiL.

EL INFORMADOR / Jorge Perez Gomez