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Cultura | La exposición en el Gropius Bau reúne cerca de 200 obras de arte representativo

Berlín expone 'Zero', movimiento artístico en busca de la claridad

La exposición en el Gropius Bau reúne cerca de 200 obras de arte representativo

Por: EFE

'Zero' fue, desde el arte, una rebelión contra el irracionalismo que había desembocado en el nacionalsocialismo. AP / M. Schreiber

'Zero' fue, desde el arte, una rebelión contra el irracionalismo que había desembocado en el nacionalsocialismo. AP / M. Schreiber

BERLÍN, ALEMANIA (20/MAR/2015).- El Grupo Zero, un movimiento que partió de Alemania en los años cincuenta para convertirse en una red que atravesaba medio mundo, involucrando a artistas como Lucio Fontana o el venezolano Jesús Rafael Soto, es el centro de una exposición en el Gropius Bau de Berlín que reúne cerca de 200 obras.
 
El visitante entra a la exposición y unos metros a la izquierda se encuentra con rollos de papel que dan vueltas en torno a un rollo de madera y empieza a leer una sucesión de preguntas como ''¿está usted seguro de que esto es arte?'', ''¿qué tan real es la realidad?'' o ''¿qué es más complejo, una cosa compleja o una cosa sencilla?''.

La instalación prepara de alguna manera para el tipo de arte que representaba el Grupo Zero.

Se trata del arte hecho a partir de la pregunta por el arte, de la experimentación con materiales inesperados como los clavos con los que Günther Uecker construye paisajes mullidos llenos de sombras o el ventilador que Heinz Mack pone al frente de una tiras de aluminio en una exposición que titula ''¿Puedes ver el viento?''.

Mack y Uecker, al lado del ya fallecido Otto Piene, fueron los pioneros del movimiento que surgió en los talleres de la Academia de Düsseldorf y se extendió por diversos lugares del mundo, desde París hasta Caracas de dónde venían las obras del venezolano Jesús Rafael Soto.

Mack estuvo en la inauguración de la exposición y contó algunas cosas sobre los orígenes del movimiento, que fue una manera de rebelarse desde la búsqueda de claridad contra la oscuridad amarga de los años de la postguerra alemana.

''Todo era ruinas y todo era gris y no teníamos ni idea de lo que pasaba en el mundo'', dijo Mack, recordando su época de estudiante de arte en Düsseldorf.

En un viaje a París, que pudo hacer gracias a una ayuda de la academia, Mack vio una exposición en la que había obras, entre otros, de Joan Miró y regresó a Düsseldorf impresionado por el pintor catalán.

''Cuando hablaba de él, ni siquiera los profesores de la academia sabían quién era Miró'', recordó Mack.

Esa experiencia desató un ansia de conocimiento. Mack, Piene y Ueckert, paralelamente a sus estudios de arte, empezaron a estudiar filosofía en la vecina Colonia.

De pronto, se dieron cuenta de que todo lo que aprendían eran cosas que ya habían pasado y Mack dice que entró en una depresión de la que salió cuando decidió, junto con los otros, tratar de volver a pensar el mundo otra vez.

Entonces empezó el contacto con otros artistas de otros países que también estaban en plan de búsqueda, a apoyarse mutuamente, a hacer exposiciones colectivas en sus propios talleres o en edificios en ruinas.

Se trataba de recuperar los colores, para lo cual fue clave el diálogo con el francés Yves Klein y sus composiciones monocromáticas, y la luz, con la que experimentaban constantemente Mack, Uecker y en cierta medida también Jesús Rafael Soto.

''El movimiento tenía mucho que ver con la luz, empezamos a sentir que el pensamiento sólo podía ser claro si había luz en la cabeza. Éramos un movimiento apolíneo'', dijo Mack.

Mack recuerda que la idea de lo apolíneo viene de Nietzsche, que la oponía a la embriaguez de lo dionisíaco que había caracterizado a parte de la cultura alemana.

En ese sentido, Zero también fue, desde el arte, una rebelión contra el irracionalismo que había desembocado en el nacionalsocialismo.

Todas las salas de la exposición están marcadas por esa búsqueda de claridad. Mack también subrayó el carácter experimental y dinámico de movimiento y recordó que las obras reunidas fueron realizadas por hombres jóvenes en plan de búsqueda.

''No están ustedes ante un arte de viejos'', dijo Mack, que hoy tiene 84 años.

Mack dice sin embargo que el Grupo Zero ya es historia. ''Eso no quiere decir sin embargo que está exposición sea historia'', agrega el artista que está confiado en que muchos artistas jóvenes se interesen por problemas similares que aquellos de los que ellos se ocuparon.

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