Viernes, 10 de Octubre 2025
Cultura | Su obra, una herencia universal

Adiós a José Saramago, el ''Quijote de Portugal''

El escritor, quien falleció ayer a los 87 años víctima de leucemia, dejó una novela inconclusa sobre el tráfico de armas

Por: EL INFORMADOR

El único autor portugués Premio Nobel de Literatura falleció ayer en su casa de la isla de Lanzarote. ARCHIVO  /

El único autor portugués Premio Nobel de Literatura falleció ayer en su casa de la isla de Lanzarote. ARCHIVO /

LANZAROTE, ESPAÑA (19/JUN/2010).- La leucemia casi apagó la voz de José Saramago en sus últimos días, pero le dejó la sonrisa con la que se despidió ayer de sus seres queridos en su casa de Lanzarote (Islas Canarias, España), donde vivió de manera intermitente desde 1993, cuando el Gobierno de Portugal censuró su libro El Evangelio según Jesucristo.

Ahora, las diferencias se han borrado y para rendir homenaje al único escritor portugués que recibió el máximo galardón de las letras del mundo, su país decretó dos días de duelo nacional, hoy y mañana. El también llamado “Quijote de Portugal” había sufrido una grave neumonía desde finales de 2007 y fue hospitalizado en varias ocasiones.

A pesar de su delicada salud en los últimos años, este hombre sencillo, afable, de fino sentido del humor y muy enamorado de su esposa, Pilar del Río, no dejó la escritura ni abandonó su activismo. El incansable defensor de los derechos humanos apoyó numerosas causas en favor de los más débiles, lo que marcó su vida desde su joven afiliación al Partido Comunista.

El cuerpo del autor de Caín viajará hoy a Lisboa, donde se abrirá una capilla ardiente en el Ayuntamiento y después se incinerarán sus restos. La Fundación José Saramago, con sedes en España y Portugal, informó que el cuerpo será trasladado en un cortejo fúnebre al Salón de Honor de la Alcaldía de Lisboa, donde será incinerado en el cementerio del Alto de San Juan, de la capital lusa. Fuentes familiares del escritor anunciaron que sus cenizas se repartirán después entre su pueblo natal, Azinhaga, en la zona central de Portugal, y su casa de Lanzarote, donde quedarán enterradas junto a un olivo.

“Sin memoria, no existimos”: José Saramago

Sólo una noticia pudo ayer eclipsar al mundo: la muerte del escritor José Saramago (Azinhaga, 1922), una voz imprescindible en la literatura. Su narrativa desgarrada y reflexiva lo convirtió en un referente moral, y siempre fue incómodo para el poder político y religioso.

A sus 87 años, su lucha contra la leucemia concluyó en uno de sus lugares favoritos: su casa en la isla española de Lanzarote.
En 1998, expresó que esperaba morir como había vivido, “respetándome a mí mismo como condición para respetar a los demás y sin perder la idea de que el mundo debe ser otro y no esta cosa infame”. Y así fue, en sus últimos escritos abordó el tema del tráfico de armas, con su estilo crítico que buscaba constante la transformación de la sociedad.

José Saramago es el primer y único escritor portugués que ha ganado el Premio Nobel de Literatura en 1998. Sin embargo, en su país su fama se vio empañada por su militancia comunista.

Su camino por la literatura comenzó cuando tenía 25 años, cuando hizo realidad su mayor ilusión: ser escritor, pero antes fue necesario aprender otros oficios como cerrajero, mecánico, impresor, corrector, funcionario, traductor, editor y periodista.
Nació en la comunidad de Azinhaga, a 100 kilómetros al norte de la capital de Portugal. Su familia, pobre, emigró a Lisboa cuando él tenía tres años de edad. No llegó a terminar la universidad, pero continuó estudiando medio tiempo mientras trabajaba como obrero metalúrgico para ayudar a mantener su casa.

En 1944, ya como trabajador administrativo para una caja de pensiones y luego de casarse con Ilda Reis, José Saramago publicó su primera novela, Tierra de pecado, que trata sobre campesinos que atraviesan una crisis moral. Este libro se vendió mal, pero le dio a Saramago el suficiente reconocimiento como para obtener un empleo en una revista literaria.

Fue hasta 1947, tras el nacimiento de su primera hija Violante, cuando escribió su segundo libro, Claraboya, el cual nunca se editó. Ante la experiencia vivida con estos dos primeros libros, el autor decidió no escribir más durante 20 años, aunque realizó colaboraciones periodísticas en el Diario Noticias, la revista Seara Nova y formó parte de la primera dirección de la Asociación Portuguesa de Escritores.

Sin embargo, durante los 18 años siguientes sólo publicó unos cuantos libros sobre viajes y poesía mientras trabajaba como periodista.

De ese periodo comentó que “supongo que llegué a la conclusión de que no tenía nada que contar”. Volvió a escribir ficción tras el derrocamiento de la dictadura de cuatro décadas, impuesta en Portugal por Antonio de Olivera Salazar en un golpe militar en 1974.
Como miembro del Partido Comunista, Saramago continuó su labor literaria, ahora con la publicación de dos poemarios: Poemas posibles y Probablemente alegría.

El aplauso de la crítica internacional llegó tarde en su vida, empezando con su fantasía histórica de 1982, Memorial del convento, que se publicó en inglés en 1988 como Baltasar y Blimunda.
La historia explora la batalla entre los individuos y la religión organizada, recogiendo el recurrente tema de Saramago de la lucha del ser solitario contra la autoridad.

Desde la década de 1980 Saramago fue uno de los escritores contemporáneos más exitosos de Portugal. Sus trabajos se han traducido a más de 20 idiomas. Pero nunca cayó ante la fama ofrecida por los premios literarios y su franqueza podía a veces ofender. “Soy escéptico, reservado, no hablo efusivamente, no me la paso sonriendo, abrazando a la gente y tratando de hacer amigos”, declaró el autor.

Su obra El evangelio según Jesucristo, en la que Cristo vive con María Magdalena e intenta evadir su crucifixión, ofendió las creencias religiosas de los portugueses y dividió al país de mayoría católica. Entonces Saramago, indignado, acusó al Gobierno de censura.

En 2007, arrancó actividades la Fundación José Saramago, cuyo propósito es preservar la obra del único Premio Nobel de Literatura de Portugal.

Con el título Ensayo de la ceguera, que versaba sobre “una ceguera de racionalidad”, la historia fue llevada al cine en 2008 por el director Fernando Meirelles y protagonizada por Mark Ruffalo y Julianne Moore.

Su obra está integrada por novelas, poesía, relatos, crónicas, música sinfónica y hasta un cuento infantil. Entre sus títulos destacan El año de la muerte de Ricardo Reis (1984), El evangelio según Jesucristo (1991), Ensayo sobre la ceguera (1995), Todos los nombres (1997), El hombre duplicado (2002), Ensayo sobre la lucidez (2004) y Las intermitencias de la muerte (2005) y Caín (2009). Además, contaba con un blog, donde escribía a menudo.

Escéptico e intelectual, cuya obra ha sido traducida a casi todas las lenguas, Saramago siempre mantuvo una postura ética y estética, comprometida con el género humano, que fue más allá de partidismos políticos.

El único Nobel de Literatura de Portugal

José Saramago ha sido descrito como un hombre franco, a veces irritable, y que incomodó a muchos. Tras una confrontación pública con el Gobierno portugués en 1992, se mudó a España, donde vivió desde entonces.

Sin embargo, su Nobel de 1988 fue ampliamente celebrado en su país porque hasta entonces se había eludido a los escritores de su lengua, hablada por unos 140 millones de personas alrededor del mundo.

En ese año expresó que la gente solía decir de él: “Es bueno, pero es un comunista”, y después del premio, el discurso cambió a: “Es un comunista, pero es bueno”.

En su obra llama la atención su particular estilo literario; pues tiende a escribir extensas oraciones, sin delimitar diálogos y creando oraciones de más de una página de longitud, mediante el uso de comas, que separan lo que comúnmente se hubiera hecho con puntos y demás signos de puntuación. Además solía introducir en sus novelas reflexiones personales, en las que llevaba a cabo un análisis crítico de distintos aspectos de la realidad. Sorprendentemente, el lector no tiene muchas dificultades para adaptarse a leer su estilo de prosa único.

Premios

Saramago fue uno de los literatos con más galardones, entre ellos el Premio Nobel de Literatura 1998, el Gran Premio de Romanza y Novela 1991, el de la Crítica de la Asociación Portuguesa de Críticos 1985, y en 2007, hijo Predilecto de Andalucía, así como numerosos doctorados Honoris Causa.
Fue miembro de diversas asociaciones, organizaciones e instituciones internacionales como la Academia Europea de Yuste, correspondiente de la Academia Argentina de las Letras, Academia Universal de las Culturas y honorario de la Academia Canaria de la Lengua, entre otras.

Reacciones

“Será siempre una figura de referencia de nuestra cultura, que hay que dar a leer y conocer a las futuras generaciones”
Aníbal Cavaco Silva, presidente de Portugal

“Fue una persona que entendió profundamente y a cabalidad el poder transformador de la cultura, de los libros, y la importancia de tener una posición ante el mundo”
Raúl Padilla López, presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara

“Uno de los mayores escritores en lengua portuguesa y de la literatura mundial”
Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea

“Siempre tenía una mezcla de rigor muy bien colocada en todos los actos de su vida y al mismo tiempo era un hombre muy gentil”
Álvaro Mutis, escritor

“¿Cuántos años tenía José? 87 años... era un muchacho. Imagínese, yo tengo 93 y me siento como un jovenzuelo. Era un escritor de gran coraje y dignidad”
Gonzalo Rojas, poeta

“Escritor de lengua y alma hermanas, cuya palabra ha atravesado el mundo gracias a su imaginación y su conciencia crítica”
José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español
 
“Un extraordinario escritor y profundamente vinculado a España”
Reyes de España

“Era el más firme heredero de la larga tradición del iberismo portugués, pocos como él amaron y conocieron tan profundamente nuestras dos culturas”
Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes

“Nos deja un legado literario tan extraordinario y tan poderoso, que yo creo sobrevivirá por muchos años entre sus lectores. Su obra vivirá siempre y conseguirá nuevos lectores”
Nubia Macías, directora de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara

“Se pierde una de las grandes plumas de la lengua portuguesa, un hombre de ideas, militante político y una persona crítica”
Dulce María Zúñiga, traductora de El equipaje del viajero

“El fallecimiento del escritor portugués representa una dolorosa pérdida, no sólo para las letras iberoamericanas, sino para el pensamiento humanista contemporáneo”
Felipe Calderón, presidente de México

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