Entre dos mares y desiertos. Con la gastronomía más atrevida. Con cerros donde la nieve se anida y el acuario más grande del mundo ante sus ojos. Aquí se goza del mejor vino y los quesos más suculentos. La lista de bondades podría seguir y seguir, pero cuando se escribe y habla de Baja California siempre va a faltar espacio. Lo mejor es conocerlo de primera mano, recorrerlo y disfrutarlo, señala Óscar Escobedo Carignan, titular de Turismo de ese Estado.El secretario detalla el “boom” turístico que vive Baja California, donde destaca especialmente su conectividad con China (en ciudades como Beijing y Shanghái). “El Aeropuerto de Tijuana es el segundo mejor conectado de todo México”, presume orgulloso. Pero que estén detrás de mercados internacionales no significa que se hayan olvidado de casa, especialmente de Jalisco.“Queremos hacer sinergia con Jalisco, aprovechar nuestras respectivas rutas (del vino allá y del tequila acá) para atraer a más gente a vivir experiencias únicas”. Agrega que el 90% del vino que se produce en México sale de los viñedos bajacalifornianos. “Y también tenemos excelente cerveza artesanal”.Escobedo juega de constantemente con el concepto de “vivir la experiencia”, por ejemplo, aunque describe fascinado las maravillas del Mar de Cortés, el “acuario más grande del mundo”, sabe que nada se compara con contemplarlo. “Ver un atardecer allí es sublime”, agrega con una sonrisa.No bastaría una vida para disfrutar de todo lo que tiene Baja California. El funcionario hace un esfuerzo supremo para elegir lo que de forma personal, él recomendaría: “Visitar la Isla Guadalupe, disfrutar los mejores vinos de la República Mexicana, nadar con un tiburón blanco y ver el Sol nacer en el acuario del mundo”. Viajar para sanarA Baja California van turistas a despejar la mente, pero también están aquellos que llegan para encontrar la cura de sus males. Y es que el “turismo médico” es uno de los motores económicos de ese Estado. Aprovechando las bien equipadas clínicas y el excelente personal médico, miles de estadounidenses y mexicanos llegan a la ciudad para encontrar solución a situaciones médicas.“También hemos crecido mucho en turismo de negocios”, agrega el funcionario. “Tenemos uno de los pocos Centros de Convenciones del país que trabaja con números negros. Es uno de los ramos donde estamos creciendo de forma acelerada”.Pero ojo, que el milagro de Baja California no tiene nada de mágico. Detrás existe un enorme trabajo para “cambiar ciertas percepciones que mucho tiempo nos lastimaron, como por ejemplo, de la inseguridad. Cualquier cosa que pasara en el Estado se convertía en noticia de ocho columnas en la Unión Americana. Pero -agrega Escobedo Carignan- somos una entidad turísticamente segura, más segura incluso que la California de Estados Unidos”.La clave para abatir la mala imagen ha sido la unión de los bajacalifornianos, quienes han descubierto en el turismo la gran turbina económica para alimentar el crecimiento del Estado. “Tenemos claro lo importante que es tratar bien al visitante. El cincuenta por ciento de los habitantes de Baja California nació allí y el resto ha llegado con los años. Tenemos orígenes diferentes, pero todos queremos crecer. Todos queremos que nos vaya bien”.JA
