Viernes, 26 de Abril 2024

Santillana del Mar, perla ibérica

Sus mil 500 años de historia e impresionante belleza natural convierten a este rincón de Cantabria en uno de los espacios más encantadores de España

Por: Francisco González

La arquitectura de la villa nos transporta inevitablemente a la época medieval. ESPECIAL / J. Monroy

La arquitectura de la villa nos transporta inevitablemente a la época medieval. ESPECIAL / J. Monroy

El tiempo no conoce de pausas, pero parecería que hay rincones en el mundo donde decidió dar una tregua. Espacios en los que las manecillas guardan  reposo y las hojas del calendario no se desprenden más. Tal como sucede en Santillana del Mar.

España es una de las naciones con mayor riqueza turística. Lo mismo presume megalópolis como Madrid y Barcelona, que la calidez de las Baleares y Zaragoza o la belleza de Andalucía. Pero si miramos un poco más al Norte encontraremos auténticas joyas para los viajeros. Una de estas maravillas es Cantabria, que guarda una de las villas más hermosas del Viejo Continente: Santillana del Mar.

La villa comenzó a tomar forma en el siglo VIII con la llegada de monjes que transportaban las reliquias de una mártir llamada Juliana. En su honor se levantaría una pequeña ermita, que dio paso a un monasterio en cuyo entorno se levantaron edificios civiles hasta conformar la (entonces) pequeña aldea, que tomó el nombre de la santa que motivó tanta obra: Santa Juliana. Con el paso de los siglos, el nombre de deformó a “Santillana”, tal como la conocemos hoy.

Eso sí, es importante señalar que uno de los atractivos de Santillana es que cuenta con una zona de pinturas rupestres, que demuestra que mucho antes de la llegada de los monjes, ya había actividad humana en la región. Se estima que el hombre ha estado presente en la zona durante mil 500 años de forma ininterrumpida.

La arquitectura de la villa nos transporta inevitablemente a la época medieval. Son del siglo IX de cuando datan la mayor parte de las construcciones que hoy le dan fama y encanto a Santillana: la Colegiata de Santa Juliana, la Torre del Merino, la Torre de Don Borja, la Torre de los Velarde y la Casa de Leonor Vega. Todas de estilo gótico.

Santillana del Mar cuenta con una de las playas más bellas del Golfo de Vizcaya: Santa Justa. Su arena, fina y de color tostado, permite tomar un descanso peculiar en Europa, además de ofrecer una postal de sublime belleza y tranquilidad.

Pero no se llega hasta el otro lado del mundo únicamente a pasear y tomar fotos, ¡también hay que comer! La cocina de Cantabria es una fusión de sabores de mar y tierra. Justo en el Centro de la villa se encuentra el Café Concana, perfecto para una rica merienda. Aquí encontrarás los mejores churros de chocolate, torta de nata y bizcocho. Su fachada clásica e interior acogedor es perfecto para un breve descanso y para recuponer energía. Si quieres una comida o cena, la recomendación es El Pasaje de los Nobles. Su menú recorre los sabores más exquisitos de la región, con el lomo de ternera con “pimientos de padrón” (unos pican otros no). Santillana del Mar te espera, vale la pena explorarla.

La llegada

Santillana del Mar está a 34 kilómetros del Aeropuerto de Parayas, que cuenta con conexiones a las principales ciudades de España (Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Sevilla) y varias de Europa (Londres, Roma Dublín, Milán y Frankfurt). También tiene conexión vía tren y autopistas.

JA

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