Jueves, 18 de Abril 2024

Qucho, trazos de ingenio y humor

El caricaturista Saúl Herrera “Qucho” celebra dos décadas de crear viñetas capaces de hacer reír o molestar
a más de uno; es uno de los referentes actuales del cartón mexicano

Por: Norma Gutiérrez

“Qucho” se ha caracterizado por ser un creativo que escucha a sus seguidores y se deja aconsejar sobre los temas o situaciones que puede reinterpretar a su estilo. EL INFORMADOR/ M. Vargas

“Qucho” se ha caracterizado por ser un creativo que escucha a sus seguidores y se deja aconsejar sobre los temas o situaciones que puede reinterpretar a su estilo. EL INFORMADOR/ M. Vargas

Dicen que no hay mejor obra que la que no se tiene que explicar y “Qucho” es uno de esos artistas que, quizá, pocas veces ha tenido que hacerlo. Sus trazos impregnados de colores cálidos se han convertido en referencia del acontecer tapatío y mexicano, de su cultura, deporte, política y sociedad.

En los últimos 20 años, “Qucho” ha dibujado de todo y a la primera vista sus viñetas son capaces de hacer sonreír o molestar a uno que otro funcionario público que ha sido expuesto bajo el ingenio de este monero que, muy a su estilo, ha inyectado de frescura, crítica y reflexión al cartón mexicano contemporáneo.
Detrás de la firma de “Qucho” está Saúl Herrera y detrás de él una historia de casualidades, de retos y pasiones que lo han animado a no tirar los lápices y acuarelas cuando no hay ni buena paga de por medio y mucho menos donde publicar.

Aunque podría pensarse que la historia de “Qucho” es la clásica en donde las influencias familiares artísticas repercuten con fuerza en la vocación futura, para este creativo visual el destino y la casualidad han sido punto y aparte de lo que ha cosechado en su trayectoria por mérito propio como caricaturista, donde el humor y la solidaridad siempre van de la mano.

“Siempre tuve facilidad para dibujar, no sabía que me iba a dedicar a esto. En mi familia había antecedentes de caricaturistas, mi bisabuelo y un tío también lo hacían. Me metí a la escuela de arte para estudiar pintura, yo quería hacer paisajes pero siempre tuve esa inquietud por la caricatura”, recuerda Qucho que, aun siendo estudiante decidió llevar una carpeta de dibujos a lo que entonces era el periódico “Siglo XXI”, sin expectativa alguna de ser aceptado.

“Me sorprendió que me aceptaran. Tenía sólo 20 años, desde entonces he estado publicando. El dibujo ya era algo que traía pero que también lo fui buscando”, explica “Qucho” que actualmente es el cartonista protagonista de EL INFORMADOR y ha colaborado en otros medios como “Medio Tiempo”, “Proceso” y “El Tren”, el que considera ha sido el medio gratuito en el que más tiempo ha estado.

Ya estando en su primer trabajo formal como cartonista “Qucho” topó con la realidad de los medios de comunicación, de cómo era trabajar de planta con cartones que cumplir al día, estar al interior de una redacción al servicio de las noticias y principalmente, comprender que de su creatividad dependería el salario con el que todo novato sueña.

“Me di cuenta de lo que en realidad tiene que hacer un cartonista, que no solo es hacer un dibujo por hacerlo, tienes que justificarlo, tener una preparación previa en los temas que abordarás. Decían que si te dedicas a esto o a la pintura te ibas a morir de hambre y en los cartones le batallas, pero yo siempre he recibido un salario”, detalla “Qucho” al recordar que al principio por su trabajo le pagaban mil 500 pesos al mes.

“Hay cartones que he resuelto en una hora y resultan buenas ideas y hay otros a los que les dedico hasta cinco horas y no son exitosos. Después de 20 años, he llegado a la conclusión y aprendiendo que entre más lo pienses echas a perder las cosas, entre más espontáneas sean, mejor”.

Talento de empatía

A diferencia de otros cartonistas, dibujantes e ilustradores, “Qucho” se ha caracterizado por ser un creativo que escucha a sus seguidores, que interactúa con ellos, que se deja aconsejar sobre los temas o situaciones que puede reinterpretar a su estilo. Si bien agradece los aplausos y halagos hacia sus viñetas, también respeta y atiende aquellos mensajes y críticas negativas que le hacen aterrizar los pies en la tierra.

“Un amigo me ha dicho que es mejor voltear a ver a los ‘haters’, a los que te tiran duro y también los tengo. No me late que todo siempre fuera de aplauso, eso me podría hacer caer en una zona de confort. Siento que siempre he sido mi más severo crítico, casi nunca me gustan mis cartones. Los que más me gustan nadie los peló, pero cartones que no me gustan y se publican la gente los acepta, cada cabeza es un mundo y cada quien toma una perspectiva diferente sobre tu cartón”.

Cuando Qucho comenzaba, personajes icónicos como Rius lideraban el cartón político mexicano y eran referencia internacional, también estaba Rodolfo Caloca y Manuel Falcón, mientras Trino, Jis y Oswaldo Monos también consolidaban su paso.

“Yo veía lejano formar parte de eso. Quizá se escuche cruel, pero pensaba: o me tengo que esperar a que alguien se muera para yo poder publicar o que se abriera otro periódico y eso pasó, los que estaban en ‘Siglo XXI’ se fueron a fundar ‘Público’, ahora ‘Milenio’, y dejaron un espacio que aprovechamos varios moneros, así formamos otra generación”.

Aunque Qucho considera que el gremio de la ilustración y la caricatura -al menos en Guadalajara- está disperso, reconoce que la empatía que el público tiene hacia el trabajo hecho localmente es bastante reconfortante para emprender proyectos que han dado un valor más profesional y remunerado: “Creo que sí hace falta un poco más de unidad para hacer proyectos padres como un libro, no hay uno que se enfoque a los caricaturistas de Jalisco y me gustaría hacer eso”.

“Qucho” no tiene pinta de rockstar aunque se ha dado el lujo de rechazar proyectos que lo atarían como un “dibujante Godínez” con horario establecido y un buen sueldo pactado, sin embargo, también han existido épocas en las que la frustración y el hartazgo lo hicieron replantearse sobre su futuro en la caricatura.

“Hace 10 años sólo tenía una publicación, sólo hacía una caricatura a la semana, no tenía muchas opciones y pensaba en recurrir a otro tipo de ingresos o actividad para solventar mis gastos personales y familiares, pero comencé a mandar mi currículo, abrí mi blog, me adentré a lo digital y eso me funcionó”, y así “Qucho” comenzó a publicar fuera de Guadalajara para ilustrar libros en Tijuana, por ejemplo.

El “chivahermano”

La faceta deportiva ha sido pieza clave en la popularidad de “Qucho” para idear cartones que ilustran las penas, glorias, rivalidades y disparates de los equipos locales como el Club Guadalajara, Atlas, Leones Negros y los Tecos de la UAG, y también subirse al llamado “tren del mame” sobre el acontecer de los otros equipos nacionales y los personajes que manejan los hilos del futbol mexicano.

La pasión que “Qucho” tiene por las Chivas es innegable y “Chivit” es uno de sus personajes más emblemáticos y queridos que lo han arraigado con mayor cariño en el colectivo de los aficionados rojiblancos, y hasta uno que otro atlista, también se siente halagado cuando el zorrito rojinegro hace presencia los chistes y reflexiones gráficas del tapatío.

“Siempre he sido aficionado, me gustaba jugarlo. Soy muy apasionado al futbol y yo estaba muy cerrado a ser sólo cartonista político, pero el que sabe dibujar debe dibujar de todo y en algún momento te van a pedir algo de futbol. Llegué a un punto al que solamente dibujaba futbol, sentía gacho porque estaba olvidando la parte política con la que había iniciado”.

Aunque la fidelidad de “Qucho” hacia las Chivas no caduca, lo cierto es que cuando los rojiblancos han estado al ras del descenso, las ganas del monero tapatío por dibujarlas también se han hecho presentes, contrario al casi mes que duró restregando a otros aficionados cuando el equipo de Jorge Vergara se hizo campeón.

“Cuando casi descendían estaba pensando seriamente en matar a mi chiva, ya no la quería dibujar. Dicen, aunque es falso, que una vez Quino mató a Mafalda y yo pensaba que quizá a mi chiva un camión de cerveza la podría atropellar hasta que volvieran a Primera División la volvería a dibujar. Pero cuando ganaron me dijeron que yo andaba insoportable, la idea era dibujarla casi un mes, pero al Atlas también le he agarrado cariño”.

¿“Qucho” para político?

“Qucho” se ha convertido en una voz pública para muchos tapatíos. Sus dibujos llegan a expresar y a identificarse con el enojo, la molestia, la impotencia o alegrías de los ciudadanos respecto a situaciones políticas, sin embargo, ¿esas reflexiones, críticas o propuestas que “Qucho” plasma en papel animarían al monero a brincar a la política de carne y hueso?

“No creo, estoy muy a gusto con lo que hago en los medios, cómo lo hago, sería muy poco útil si lo hago, quizá con mis cartones lo soy. Alguna vez tuve la oportunidad de trabajar en el SIAPA, me invitaron con un sueldo muy bueno, pero la condición era que dejara de publicar, estaría en una oficina dibujando y dije que no, esa no era labor de ‘Qucho’, no me equivoqué pese a que en ese época no tenía mucho trabajo, estuve tentado, pero lo mío son los cartones”.

Agéndalo

Exposición: “Qucho 20 años” en Galería Chapultepec del 15 de abril al 31 de mayo en el corredor Chapultepec a su cruce con calle Montenegro. Inaugura hoy, 11:00 horas.

 

DR

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