Jueves, 12 de Diciembre 2024

Puente Baluarte, maravilla absoluta

La obra, levantada bajo la dirección de Salvador Sánchez Núñez, es uno de los tesoros visuales de Durango
y un prodigio arquitectónico de nuestro país

Por: Francisco González

Puente Baluarte, maravilla absoluta

Puente Baluarte, maravilla absoluta

Atmosféricas. Sonidos líquidos se asoman en el horizonte. Es el trajín del Río Baluarte, con su azul de infinita sutileza que avanza pertinaz y serpenteando en la Sierra de Durango. Traza un camino donde existe la íntima certeza de la vida. Lo hace sin saber que hay un punto en el que su cause se encuetra con una maravilla forjada por obra humana. Un rincón donde se encuentra con el Puente Baluarte Bicentenario.

Combinación de belleza y funcionalidad. Prodigio de ingeniería y de ingenio. De 2012 a 2016, fue el puente atirantado más largo del mundo. Hoy todavía es uno de los más bellos y regala a los viajeros, a esos aventureros eternos que entran en su camino, fabulosas vistas de la Sierra Madre Occidental, exuberante y verde en esta temporada y plagada de millones de detalles.

Los números para explicar su grandeza siempre parecen ir al alza. Cuenta con cuatro carriles en los que la velocidad máxima es de 110 kilómetros por hora y una longitud de mil 124 metros. No hay prisa por recorrer aquello que causa placer a los sentidos. La estructura se levanta a 400 metros sobre el río, cuyo sonido solamente aparece como un eco que se disipa en el mundo de lo etéreo. La vista hacia abajo es fastuosa y de abrumadora belleza. La utilidad es todavía mayor.

La gran transformación

Lancemos una mirada al pasado, antes de 2012. El camino entre Durango y Mazatlán era lento, atravesando cañadas, montañas y senderos donde las curvas, violentas y prolongadas, se sucedían de forma constante. Nadie podía jactarse de conocer a la perfección un camino en eterna mutación. No era de extrañar que una porción de la carretera atravesara un sendero con el nada halagador nombre de “El espinazo del diablo”.

El puente cambio las tornas y el destino de la región comenzó a leerse bajo nuevos signos. Parte integral de la súper carretera Durango-Mazatlán, el Baluarte Bicentenario ahorra a los conductores 3 horas de camino. El acortamiento de tiempo dinamizó de forma espectacular el comercio y el turismo en la región. Para ambas ciudades significó la apertura y fortalecimiento de mercados; mientras que para los viajeros de Monterrey, Gómez Palacio y Torreón, una oportunidad de llegar al Pacífico de forma más rápida y segura. Para quienes llegaban al puerto mazatleco, era la oportunidad de internarse más rápido y seguro a México, a sus tesoros coloniales y gastronómicos.

El puente podrá no tener el récord mundial con el que nació, pero su utilidad permanece allí, intacta. Lo que vemos hoy es un magnífico ejemplo de lo que es posible cuando los mexicanos emprendemos el camino en una misma dirección y unimos fuerzas. Construido con el esfuerzo de más de mil 500 trabajadores nacionales, requirió de 12 mil toneladas de acero de refuerzo y 90 mil metros de concreto hidráulico, así como 152 tirantes de acero. La postal que ofrece a la distancia es imponente, y recorrerlo es una experiencia que todo viajero que ande por el Norte de nuestro país debe disfrutar.

El viaje puede comenzar o terminar en Mazatlán y su bulliciosa vida nocturna, o en Durango y sus tesoros históricos. Los destinos que ofrece nuestro suelo a quien está dispuesto a explorarlos son eternos. El puente acorta distancias. Nos permite ir al encuentro de nuevas historias, vidas y atmósferas.

Los paisajes

Rodeado por las montañas y luego de una temporada de lluvias que dejó todo pintado de un hermoso color verde, la autopista es una excelente opción para aquellos que buscan un camino relajante y de paso regodearse con el panorama.

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