Viernes, 26 de Abril 2024

Porto, entre libros y vinos

Más allá del vino, esta ciudad portuguesa ofrece todo un recorrido cultural en el que se puede disfrutar de la literatura, la música y el arte contemporáneo

Por: Jorge Pérez

Mirador. Desde éste se aprecia el paisaje citadino y el río.

Mirador. Desde éste se aprecia el paisaje citadino y el río.

Sala Gemma. En este espacio de Livraria Lello se guardan los ejemplares preciados.

Sala Gemma. En este espacio de Livraria Lello se guardan los ejemplares preciados.

Casa da Musica. Este recinto es un proyecto arquitectónico de Rem Koolhaas.

Casa da Musica. Este recinto es un proyecto arquitectónico de Rem Koolhaas.

Museo de Arte Contemporáneo. Una escultura de Jeff Koons, que retoma el imaginario de los superhéroes.

Museo de Arte Contemporáneo. Una escultura de Jeff Koons, que retoma el imaginario de los superhéroes.

Livraria Lello. Su vistosa arquitectura interior con acabados color madera y unas escaleras decorativas inspiraron la biblioteca de Hogwarts.

Livraria Lello. Su vistosa arquitectura interior con acabados color madera y unas escaleras decorativas inspiraron la biblioteca de Hogwarts.

Hay ciudades o regiones que dan nombre a bebidas: el champagne por la región francesa, nuestro tequila por la localidad jalisciense, o el oporto, vino dulce originario de Porto, desde Portugal. No es para menos: el famoso Río Duero cruza la ciudad, y al igual que funge para la creación de grandes vinos por toda la ribera ibérica, en Porto florecen sus aguas con sendos tintos y blancos.

Porto es también la segunda ciudad en importancia dentro de Portugal, por lo que la urbe es bastante activa. El arte y la cultura son cotidianos, razón de más para que su paso sea una visita obligada para los turistas que visitan la zona.

Para echar una mirada a la actualidad del siglo XXI y a la memoria del arte del XX nada mejor que el museo de la Fundación de Serralves. En su espacio encontramos varios puntos para visitar, como el Museo de Arte Contemporáneo, Casa Art Déco y un amplio jardín con esculturas de gran formato, además de un restaurante y la tienda de souvenirs y librería. Su museo tiene varias líneas de exposiciones temporales, siempre con calidad internacional. Otras exposiciones antologan lo más actual del arte contemporáneo internacional. La fundación honra igualmente el talento nacional, con exposiciones sobre la trayectoria de sus creadores, como el arquitecto Manuel Marques de Aguiar (1927-2015).

En el mismo rubro del turismo cultural, Porto ostenta una librería que se ha convertido en un destino para los seguidores de una de las sagas más populares de la literatura juvenil: “Harry Potter” de la autora británica J. K. Rowling. La Livraria Lello es el punto de encuentro de los lectores, pues su vistosa arquitectura interior con acabados color madera y unas escaleras decorativas inspiraron la biblioteca de Hogwarts. Corre el rumor de que algunas escenas se filmaron allí, algo que ya ha sido desmentido. Lo que sí es cierto es que Rowling habitó en la ciudad mientras daba clases de inglés, por lo que se da por hecho que la inspiración para el espacio surgió de este recinto.

Por otro lado, la Livraria Lello vale la pena visitarse independientemente del fanatismo: es una librería surtida con lo mejor de la literatura portuguesa, contemporánea y clásica, además de tener dos espacios de lujo para quienes busquen más que los libros de ocasión. Al fondo del inmueble está la llamada “Sala Gemma”, a donde sólo compradores realmente interesados en la literatura tienen acceso. Es allí donde se guardan ejemplares preciados, como primeras ediciones de Fernando Pessoa, libros con ediciones de lujo, algunos firmados por los autores, entre otros. El otro espacio para verdaderos bibliómanos es el dedicado a la caligrafía, encuadernación y grabados, a la usanza antigua. El lugar está pensado para quienes deseen sus libros personalizados con una fina encuadernación o trabajos de calidad en la caligrafía.

A propósito del Día Mundial del Libro (23 de abril), la Unesco enlistó a la Livraria Lello como una de las librerías más bellas del mundo. Para mala fortuna de los lectores, el éxito turístico de la librería ha hecho que sus dueños impongan un pago por la entrada: cinco euros. La buena noticia es que la cifra del boleto se convierte en descuento en la compra de cualquier libro.

La ya mencionada Unesco ha puesto sus ojos varias veces en Porto. Un eslogan de la ciudad ha sido “Un río, un vino, dos sitios patrimonio de la humanidad”. Se trata de la región vitivinícola y el centro histórico de Porto. Fue en 1996 cuando el centro de la ciudad fue declarado como tal, mientras que el paisaje y la tradición del vino entraron en la lista de Patrimonio Mundial en 2001. Fue el Marqués de Pombal quien en 1756 demarcó y señaló la región de Porto por la calidad de sus vinos, el primer antecedente de las denominaciones de origen.

Para los melómanos, Porto ofrece dos grandes lugares que exigen una visita: el Hotel da Música, un lugar agradable para pernoctar en el que las partituras son el principal elemento decorativo. El hotel se encuentra contiguo al mercado Bom Sucesso (atractivo para los interesados en la arquitectura), donde se puede comer la típica comida portuguesa (como las carnes frías de la región de Alentejo, las sardinas u otros productos del mar; eso sí, con su respectivo vino, por supuesto).

Otro sitio musical es la Casa da Música, proyecto arquitectónico de Rem Koolhaas con varias salas con una acústica sorprendente. Los ensambles que habitualmente se presentan allí son la Orquesta Sinfónica de Porto, la Orquesta Barroca, el Coro Casa da Música y el Remix Ensamble; a la par, su programación recibe conciertos de rock, jazz, fado o música electrónica.

Porto se ubica al Norte del país, y como buena región productora de bebidas, cuenta con muchas fincas que tienen las puertas abiertas para recorridos guiados y adentrarse más en el proceso de elaboración de los vinos (como el oporto o el blanco y tinto). Al otro lado del Río Duero se halla la ciudad Gaia, donde están muchas de las marcas de oporto reconocidas mundialmente. Tras cruzar el puente que conecta a ambas localidades, en Gaia hay un mirador desde donde se aprecia parte del paisaje citadino y el río: una postal para recordar el paso por la ciudad.

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