Viernes, 13 de Diciembre 2024

Mirar al tiempo detrás de una cámara

Don Rigoberto Contreras, fotógrafo de profesión, recuerda sus primeras lecturas gracias a las caricaturas que publica esta casa editorial

Por: Gilberto Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

Desde hace más de 40 años Rigoberto se dedica a la fotografía; por sus manos pasan cámaras que ya no son comunes. EL INFORMADOR/ G. Gallo

A los siete años, Rigoberto Contreras tenía muchos problemas para leer, y su tío, que era fotógrafo de estudio, decidió que la mejor manera de ayudarlo era ponerlo a leer las caricaturas que venían en EL INFORMADOR. Sus personajes favoritos eran Fantomas, además de Pluto y Tribilín. “Yo me enseñe a leer gracias EL INFORMADOR”, cuenta Rigoberto, quien también tuvo afinidad por los crucigramas, aunque nunca fue bueno para resolverlos.

Entre los hábitos de lectura del señor Conteras, estaba brincarse todas las páginas hasta llegar a Universidad y Cultura, que escribía Francisco Ayón Zester, mientras respiraba el peculiar olor de la tinta sobre el papel. A sus 72 años y con 40 de experiencia en la venta de cámaras fotográficas, lentes, rollos, baterías y demás accesorios, ha conocido miles de fotógrafos sociales, de estudio y fotoperiodistas.

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