Mayo es el mes de mamá, pero también es el mes de los puentes vacacionales: qué mejor manera de combinar estas dos circunstancias que festejar a mamá con una pequeña escapada. Desde la Zona Metropolitana de Guadalajara hay destinos turísticos bastante diversos: playa, montaña, lago, pueblos mágicos, paisajes inigualables… Las opciones son muchas para consentir a la mujer más especial de la casa. Estas son algunas recomendaciones de a dónde ir qué hacer para viajes cortos desde Guadalajara. Ubicado a casi dos horas de Guadalajara, y rodeado de montañas, en este destino el clima es fresco, razón de más para agarrar calor junto a la chimenea de las cabañas de la zona. Su arquitectura religiosa y hogareña es la típica representación de un pueblo mexicano por excelencia. El Centro Histórico, junto con su mercado y los clásicos vendedores alrededor de los templos ofrecen unas joyas de la gastronomía mexicana: los dulces típicos de la región.Ubicado a una hora de la Zona Metropolitana de Guadalajara, este Pueblo Mágico ostenta un icono de la cultura mexicana, de allí su nombre: el tequila. Por su cercanía con la capital del Estado, la tendencia en el turismo ha sido de “day-tripper”; es decir, de ida y vuelta el mismo día. Sin embargo, la tendencia está cambiando gracias al crecimiento de su infraestructura: más hoteles (algunos incluso con habitaciones con la forma de barricas, como el de La Cofradía). El trayecto para llegar nos regala también esa postal inigualable: el paisaje tequilero, parte del Patrimonio de la Humanidad según la Unesco, junto con el tequila y las antiguas fábricas. Pueblo Mágico jalisciense, en este caso con atractivos similares a los de Mazamitla en su Centro, pero con sus particularidades locales. Entre sus ofertas exclusivas están las “piedrotas”, un paisaje insólito en medio del valle. Si la mamá es deportiva, puede subirse a algunas de estas piedras gigantescas. De camino entre la zona urbana del pueblo está otro vestigio histórico, las ruinas de la fábrica de papel, la primera que se instaló en todo el continente en el siglo XIX.A tan solo diez minutos al norte de Melaque, esta pequeña playa es una joya escondida frente al Pacífico: tranquilidad, el mar limpio y olas bajas son su carta de presentación. La oferta hotelera es amplia; sin embargo, diversos blogs de viaje recomiendan la renta de casas; algunas, frente al mar y a precios asequibles. Para conocer un poco más de la biodiversidad de la región, un lugar para aprender es su Cocodrilario, con varios especímenes y mucha información.El “Rinconcito del amor” es un destino que no debería perder vigencia para los tapatíos: Chapala y Ajijic están a una hora de camino de la ciudad. La numerosa comunidad de extranjeros ha generado un crecimiento en el rubro turístico. Una especialidad en ese perfeccionamiento ha sido la gastronomía, con restaurantes que ofrecen platillos de gran nivel. Una bonita fotografía en familia o en pareja es la del malecón. O también desde el centro del lago, con los pueblos de fondo.
