"Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo", citó Luis Antonio Rocha Santos, presidente de la Academia Mexicana de Desarrollo Urbano (Amdeur), al artículo 4 Constitucional durante su intervención en el foro "Problemática de la vivienda de interés social en el Área Metropolitana de Guadalajara".Un precepto totalmente alejado de la realidad, donde las clases sociales de menores recursos han sido expelidas desde hace décadas fuera de la periferia hacia desarrollos urbanos cuyas condiciones no garantizan la dignidad de sus moradores. Por ello es preciso ya la intervención de la autoridad e iniciativa privada para cambiar el paradigma de la vivienda social."Han pasado muchos años en los que no se han aplicado adecuadas políticas en materia de vivienda y ahora estamos viviendo las consecuencias: viviendas construidas en zonas inundables, en zonas de riesgo, zonas inseguras alejadas de la zona urbana", apuntó Rocha.Insistió en que se tienen que aprovechar los cambios de gobierno federal, estatal y municipal previo a la elaboración del Programa Nacional de Vivienda para encontrar la manera en la que se pueda generar ese cambio de paradigma y generar vivienda social dentro de las ciudades. "No perder de vista que la vivienda de interés social tiene un objetivo social, que no se vea como una forma de obtener grandes utilidades, en primer lugar, las personas que tienen menos recursos tienen que tener más facilidades, los créditos deben ser más accesibles, que no sean intereses altos".Para esto es preciso que participen la academia, universidades e iniciativa privada y que las decisiones no se tomen desde un pequeño grupo aislado.Anticipó que desde la Amdeur harán llegar sus propuestas al gobierno federal para que las integren al Programa Nacional de Vivienda."Tenemos el propósito de en unos días más entregar las propuestas que se van a recibir en este foro al gobierno federal y esperamos una respuesta, que nos indiquen por qué sí y por qué no".Bernd Pfannenstein, académico alemán invitado al foro, dijo que el desarrollo urbano de la ciudad era similar a una segregación socioespacial. Puso como ejemplo los fraccionamientos del sur de la Zona Metropolitana, donde se concentran a las clases sociales más vulnerables en cotos amurallados, aislados y lejos de los centros urbanos.El valor de la tierra en las zonas céntricas de la ciudad ha hecho inviable para las familias de menores recursos poder adquirir una vivienda."Necesitamos hacer como otras ciudades en el mundo lo hacen, dar alternativas a las personas de bajos ingresos y ponerlos en lugares céntricos. Pienso mucho en la verticalidad, en los departamentos, porque no tenemos una lógica de permitirnos más verticalidad y más pisos y darnos obligación por acuerdo social viviendas como lo hacen en ciudades de Europa, dar vivienda social a las clases más vulnerables", dijo Pfannenstein.LS
