Carlos y Leticia, de 71 y 68 años, respectivamente, se resguardan en Jalisco desde el inicio de la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19. Decidieron aislarse porque pertenecen a la población vulnerable: son adultos mayores con enfermedades crónicas. Sin embargo, ven inconsciencia en el actuar de otras personas que no respetan el confinamiento ni las medidas sanitarias. “Frustra que a otros no les importe”, afirmaron. Él padece enfisema pulmonar y diabetes. Leticia es hipertensa. Para ellos, el distanciamiento ha sido difícil y el miedo a contagiarse siempre está presente. También sienten frustración, sobre todo en las últimas semanas, al observar que los habitantes del Estado salen para cosas no esenciales y sin cubrebocas.“Me enoja mucho que salgan sin cubrebocas y a pasear, porque por ellos estamos hacia arriba (en contagios). No sé por qué son tan inconscientes. Aparte de que se están perjudicando ellos, también a la sociedad”, comentó Leticia. “Hay muchos que no creen, sobre todo gente de la tercera edad, y eso es ilógico”, agregó Carlos.Su hija es la única que sale y lleva provisiones. Cuando regresa a casa hay un protocolo estricto: la rocían con desinfectante y aplican gel antibacterial. Ella se quita los zapatos y los limpia.De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, la mitad de los más de cinco mil 200 casos de COVID-19 que la Entidad ha acumulado desde marzo se documentó en los últimos 10 días, lo que evidencia que los jaliscienses bajaron la guardia y el coronavirus avanzó.
