La primera sensación que “Javier” experimentó al ser notificado de su despido en la Fiscalía del Estado, el año pasado, equivale a la de un balde de agua fría que le arrojaron en la espalda. Centró su mente en la escuela y comida de sus hijos cuando escuchó que ya no trabajaría allí. Sin embargo, decidió aceptar sin hacer mayor escándalo.De acuerdo con el más reciente corte de la Secretaría General de Gobierno, casi tres mil integrantes de las corporaciones de seguridad pública (tanto estatales como de los 125 municipios del Estado) no aprobaron sus exámenes de control de confianza. “Javier”, quien ahora vende comida en un puesto ambulante, es parte de esa estadística.A través de su Unidad de Transparencia, la dependencia informó que son mil 051 los elementos estatales reprobados, de los nueve mil 561 que han sido sometidos a las pruebas. Además, mil 864 de los 12 mil 427 integrantes de las corporaciones municipales tampoco pasaron sus exámenes. Son dos mil 915, de un total de 21 mil 988: uno de cada 10.El fin del Centro de Evaluación y Control de Confianza es fortalecer la procuración de justicia con una valoración del desempeño y competencias profesionales de quienes integran las corporaciones de seguridad. Eso determina su ingreso y permanencia en ellas.Pese a ello, desde que se aplican esas evaluaciones en Jalisco (finales de 2010) no se han visto cambios positivos en cuanto a los índices delictivos y percepción de inseguridad. Sólo el indicador de robo a personas pasó de dos mil 115 denuncias en 2011, a cinco mil 062 el año pasado.En ese sentido, el director del observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos, Augusto Chacón Benavides, expuso que, si bien las pruebas de control son necesarias, hasta el momento no han reflejado un resultado positivo ni en cifras ni en la percepción de los ciudadanos, pues de acuerdo con la medición oficial más reciente del Inegi, ocho de cada 10 habitantes en Guadalajara se sienten inseguros. Como los exámenes de control de confianza no han ayudado a reducir la inseguridad, las autoridades están obligadas a hallar una herramienta que sí permita una efectiva depuración de los cuerpos policíacos. Lucía Almaraz Cázares, investigadora de la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), afirmó que deben ser “mecanismos científicos”.“Que permitan medir el desempeño y la confiabilidad del elemento operativo o administrativo que tiene que sujetarse a un determinado control”.En su opinión, la metodología de la actual evaluación (con cinco exámenes) es “incongruente” porque hay quienes, aún con un resultado a su favor, están ligados al crimen organizado.La nueva metodología, agregó, debe involucrar a expertos en materia de seguridad y justicia. “Que sean, sobre todo, científicos. Que tengan una metodología que dé resultados viables y sea transparente para la ciudadanía”.Por su parte, Augusto Chacón consideró que, además de los exámenes, los policías deben recibir mejoras en sus sueldos, mejorar su equipo de trabajo y contar con herramientas de inteligencia para combatir el crimen. “Por una cosa u otra, todos esos elementos han fallado y no podemos pedir sólo a los exámenes de control de confianza que nos den la solución mágica”.Fuente: Secretaría General de Gobierno.Durante la administración de Aristóteles Sandoval, 14 comisarías municipales han sido intervenidas por parte de las autoridades estatales y federales. Los operativos de desarme fueron activados ante la presunción de que el crimen organizado estuvo infiltrado en las corporaciones.El fin de la estrategia siempre fue “limpiar” a las dependencias, meta que dio origen a las pruebas de control de confianza (habilitadas desde diciembre de 2010), y que en la opinión del director del observatorio Jalisco Cómo Vamos, Augusto Chacón, a estas fechas muestran pendientes “importantes” porque no han dado los resultados esperados.“En términos de seguridad pública, cualquier acción que se emprenda debe tender a disminuir los índices de criminalidad. Y si nos atenemos a eso la verdad es que ha habido muy pocos resultados. Con todo y control de confianza, hace dos meses el gobernador dijo que teníamos policías infiltradas (por la delincuencia organizada)”.Chacón expuso lo anterior en alusión al desarme de la Policía de Tlaquepaque, el pasado 11 de marzo. Pese al control de confianza, de 2014 a la fecha han sido detenidos alrededor de 55 elementos en las 14 corporaciones intervenidas. Los señalamientos van desde el robo, delincuencia organizada, secuestro, homicidio y hasta desaparición forzada.Cocula, Casimiro Castillo, Unión de Tula, Villa Purificación, Pihuamo, Jilotlán de los Dolores, La Barca, Villa Corona, Teocaltiche, Ocotlán, Bolaños y Tecalitlán son las corporaciones del interior del Estado que han estado bajo revisión. En la metrópoli, Tlajomulco de Zúñiga y Tlaquepaque también atravesaron ese proceso. Su personal no sólo fue desarmado y temporalmente inhabilitado, sino capacitado por la Fiscalía en su Instituto de Formación y Profesionalización.Otro indicador que pone en duda el éxito de las pruebas, dijo Chacón, es la percepción de inseguridad, pues tampoco ha bajado. Según la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) entre abril y junio de 2018, sólo en Guadalajara, municipio sede de las principales instancias de seguridad, ocho de cada 10 habitantes se sienten inseguros.“No digo que renunciemos a esas pruebas, pues nos dan elementos para tomar mejores decisiones. Pero por el momento no han sido útiles ni para tener más confianza en los policías ni para no sospechar que están infiltrados por el crimen organizado”, concluyó.
