Jueves, 18 de Abril 2024

Violencia en manifestaciones ocasiona 18 muertos en Chile

Organizaciones civiles cifran en 376 los heridos en las revueltas

Por: El Informador

Aunque el gobierno dio marcha atrás al aumento del pasaje del metro de Santiago y anunció medidas sociales, las manifestaciones no paran. AP/R. Abd

Aunque el gobierno dio marcha atrás al aumento del pasaje del metro de Santiago y anunció medidas sociales, las manifestaciones no paran. AP/R. Abd

Pese a las medidas anunciadas para mitigar la crisis social más grave en 30 años de democracia, el Gobierno del presidente chileno Sebastián Piñera no logra contener el descontento masivo.

Ayer, decenas de miles de manifestantes, al grito de “¡Chile despertó!”, se congregaron en una plaza del Centro tras choques con la Policía.

El Gobierno chileno ha cifrado en 18 las víctimas mortales, entre ellas un menor, desde el inicio del conflicto y el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), una entidad pública pero autónoma, sostiene que cinco de las víctimas fallecieron a manos de agentes del Estado, casos en los que se han presentado querellas por homicidio.

Además, el INDH ha constatado dos mil 138 detenidos y 376 heridos, 173 por armas de fuego, cifras mucho más abultadas que las que registra el Gobierno. El organismo ha presentado 44 acciones judiciales, nueve recursos de amparo y 35 querellas por violencia sexual, lesiones graves y otros delitos.

La Cruz Roja chilena indicó que los casos más graves que ha visto estos últimos días son los de un menor de edad que perdió un ojo por disparos de municiones y otros dos jóvenes con balas de goma incrustadas en el cuello y en la oreja.

La abogada Nancy Yáñez, directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, explicó que la Defensoría Jurídica ha recopilado “múltiples denuncias por uso abusivo de la fuerza, personas lesionadas por armas de fuego, balines y denuncias por abusos sexuales”.

Los chilenos han observado incrédulos escenas que parecían olvidadas, como personas que se identifican con su nombre mientras son detenidas por carabineros o militares para que quede constancia del hecho y se les pueda seguir el rastro. Esa era una práctica habitual durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Servía para que los testigos de la detención pudieran avisar a las familias y que estas denunciaran los hechos a los tribunales.

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