El gobierno del presidente Donald Trump alista un comunicado oficial para el lunes en el que se revelarán nuevos esfuerzos destinados a examinar la relación de ciertos medicamentos con el autismo y el posible uso de otros fármacos en su tratamiento, de acuerdo con cuatro fuentes al tanto del tema que pidieron mantener el anonimato porque el anuncio aún no es público.Entre los puntos más relevantes se encuentra la preocupación de funcionarios federales de salud respecto al consumo de acetaminofén (paracetamol) por mujeres embarazadas. Este compuesto, presente en productos como Tylenol y ampliamente utilizado en todo el mundo, ha sido objeto de estudios recientes. Una revisión realizada en agosto por especialistas de Mount Sinai y Harvard sugiere un posible vínculo entre la ingesta temprana de Tylenol durante el embarazo y un mayor riesgo de autismo en los hijos. Según las fuentes consultadas, la intención es advertir que su uso en las primeras etapas de gestación solo se realice cuando exista fiebre.Además, el plan contempla dar impulso a la leucovorina, un medicamento menos conocido que suele emplearse para contrarrestar efectos adversos de ciertos tratamientos y para atender deficiencias de vitamina B9. Estudios iniciales, con ensayos doble ciego y placebo controlado en niños con autismo, han mostrado lo que algunos investigadores describen como avances notables en habilidades de lenguaje y comprensión. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) trabaja en la revisión del lenguaje regulatorio que podría aplicarse a este fármaco.Estos hallazgos han generado debate dentro de la comunidad científica, reavivando discusiones sobre las múltiples causas del autismo, una condición que hasta hace poco se consideraba principalmente de origen genético y, por lo tanto, difícil de modificar.De acuerdo con fuentes cercanas, la iniciativa se ha convertido en una de las prioridades de Trump, quien en diversas ocasiones ha manifestado su inquietud por el incremento de diagnósticos de autismo en Estados Unidos. Para este esfuerzo se han involucrado altos funcionarios como Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud y Servicios Humanos; Marty Makary, comisionado de la FDA; y Jay Bhattacharya, director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).El propio Trump anticipó el anuncio durante un evento en memoria de Charlie Kirk:La Casa Blanca reforzó el domingo la relevancia del anuncio:“El presidente Trump se comprometió a abordar el creciente índice de autismo en Estados Unidos y a hacerlo con ciencia de estándar de oro”, declaró el portavoz Kush Desai. “El anuncio de mañana representará un avance histórico en ambos compromisos”.The Wall Street Journal ya había reportado la investigación gubernamental en torno al Tylenol y la leucovorina. Actualmente, las principales sociedades médicas recomiendan el acetaminofén como seguro durante el embarazo, aunque señalan que las mujeres deben consultar siempre con su médico antes de consumir cualquier fármaco en ese periodo sensible.En semanas recientes, representantes de Tylenol se reunieron con autoridades federales para discutir inquietudes sobre estas acciones. La compañía, sin embargo, no ofreció comentarios inmediatos.Robert F. Kennedy Jr. ha hecho del autismo un tema central dentro de su plan “Hacer a América Saludable de Nuevo”. En abril, durante una reunión televisada del gabinete, comentó:“Hemos lanzado un esfuerzo masivo de pruebas e investigación que va a involucrar a cientos de científicos de todo el mundo. Para septiembre, sabremos qué ha causado la epidemia de autismo y podremos eliminar esas exposiciones”.Estas declaraciones despertaron alarma en varios investigadores, quienes advirtieron que estudios de esa magnitud requieren procesos prolongados para obtener resultados precisos.Desde su llegada al HHS, han circulado versiones de que podría reactivarse la polémica hipótesis que vincula las vacunas con el autismo, una teoría desmentida por décadas de evidencia científica. En ese contexto, la agencia contrató a David Geier, conocido defensor de esa relación y cuyas investigaciones han sido cuestionadas, para dirigir un estudio oficial sobre la materia. Tanto él como su padre, Mark Geier, han publicado trabajos sugiriendo un mayor riesgo de autismo tras la vacunación, pese a que la ciencia ha descartado esa conexión.El autismo, clasificado como un trastorno del neurodesarrollo, se caracteriza por dificultades en la comunicación, interacción social y la presencia de conductas repetitivas. Su prevalencia ha crecido notablemente en las últimas décadas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), uno de cada 31 niños de 8 años fue diagnosticado con autismo en comunidades analizadas, frente a 1 de cada 150 en el año 2000.Con información de SUNBB