La delicada situación entre Rusia y Ucrania lleva ya dos semanas de enfrentamientos, y mientras los diplomáticos de diversas naciones se enfrascan en diálogos infructíferos, persisten los éxodos masivos, la destrucción en las ciudades, y la pérdida de vidas humanas.Las cifras en cuanto a militares fallecidos en combate son contradictorias. Rusia, que se ha mantenido reticente en divulgar información, compartió en un único reporte del 2 de marzo que quinientos de sus soldados fallecieron en medio de los conflictos, mientras que otros mil 600 fueron heridos en el campo de batalla.Estados Unidos, por su parte, rechaza estas cifras, indicando que son entre dos mil y cuatro mil los soldados rusos que fallecieron en territorio ucraniano. Se teme que en Ucrania se dispare la mortandad en caso de que el ejército ruso alcance las grandes ciudades, donde se esperan bombardeos, y donde los civiles se mantienen atrincherados y dispuestos a combatir desde la tenacidad de sus ejércitos improvisados. La crisis humanitaria se radicaliza, con la escasez de luz, agua y otros recursos fundamentales en las localidades que se mantienen al pie del cañón, y el entorpecimiento de las evacuaciones civiles por parte del ejército ruso. El ejército ucraniano no ha difundido como tal su propia logística sobre la muerte. Moscú, no obstante, asegura que un aproximado de 2 mil 800 soldados ucranianos han muerto desde que la refriega inició el pasado 24 de febrero.Sin paz ni treguas previsibles, se espera que más personas fallezcan a raíz de los ataques. FS
