Fulo, un perro labrador, huele con detenimiento todo lo que encuentra a su paso en busca de explosivos, mientras policías revisan la gigantesca tarima donde el Papa Francisco inaugurará la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará este mes en Panamá.Los agentes especializados en explosivos del Servicio de Protección Institucional (SPI) han aumentado la vigilancia del escenario y sus alrededores, a menos de 20 días de la llegada del Papa a Panamá."En sí no hay ninguna amenaza, pero se toman las medidas necesarias para que no pase ningún atentado terrorista", dice a periodistas el capitán del SPI, Michael Mcclean."Nosotros no desestimamos cualquier imaginación que pueda tener el terrorista, por eso peinamos a diario tanto el área externa como interna" de la tarima, añade Marcos Espinosa, especialista en explosivos del SPI.El Papa Francisco presidirá la JMJ, que tendrá lugar en Panamá del 22 al 27 de enero. El pontífice llegará a la cita el día 23, por lo que se han incrementado la seguridad y el ritmo de las obras para que todo esté listo a tiempo.La inauguración del evento se celebrará en la gigantesca estructura ubicada en el paseo marítimo de Ciudad de Panamá, donde el pontífice pronunciará el tradicional vía crucis.La tarima de cuatro niveles, ocho metros de altura y más de mil 420 metros cuadrados en total, está ubicada en un paseo de 2.3 kilómetros, donde habrá 18 torres con pantallas y altavoces.El escenario cuenta con varias rampas, escaleras de emergencia y un elevador para que el Papa pueda llegar al cuarto nivel."El santo padre viene con 82 años cumplidos, ya no es un pelao (niño)", afirma Jorge Díaz, director de actos centrales del Comité Organizador Local de la JMJ.Por ese motivo, el armazón, que albergará además a obispos y peregrinos, tiene en cuenta los espacios y las distancias para la movilidad de su principal visitante.Además, el nivel donde estará el Papa tuvo que subirse para evitar que los árboles e infraestructuras del lugar dificulten la visión."Esta tarima pronto se entrega ya, sólo faltan acabados. Es una actividad religiosa, no es una tarima de un show cualquiera", indica Díaz.Los organizadores aún deben colocar las telas y la decoración del altar, además de las televisiones, altavoces y las vallas de protección a lo largo del paseo marítimo.A varios kilómetros del paseo marítimo, un grupo de obreros aceleran los trabajos en una segunda megaestructura, donde se realizarán la vigilia y la misa final el día 27.Entre el olor a campo y la cercanía de un matadero, los trabajadores pulen, lijan y sueldan vigas metálicas, envueltos en el ruido de dos generadores.Este lugar, ubicado en las afueras de la capital panameña, tiene casi tres kilómetros de largo y está dividido en 20 zonas del tamaño de un campo de futbol cada una, donde los peregrinos tendrán acceso a baños, servicios sanitarios e hidratación.El entarimado de este lugar tiene como principal elemento decorativo una cúpula, aunque tiene características muy parecidas a las de su par del paseo marítimo.Según los organizadores, con la cantidad y la potencia de los equipos de sonido que se utilizarán en las dos tarimas principales, se podrían producir en simultáneo 40 conciertos en estadios de futbol. Además se usarán dos mil metros de pantallas led."Esto es algo único", dijo Maribel Gamallo, del consorcio JMJ, a cargo de la iluminación y el sonido de las instalaciones.Fue necesario buscar equipos de sonido, pantallas y estructuras especiales en países como Estados Unidos, Colombia y Guatemala porque "en Panamá no había la cantidad suficiente", explicó Gamallo.JM