Viernes, 19 de Abril 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

Una alegría

Por: Jaime García Elías

Una alegría

Una alegría

Hay victorias en el deporte, que compensan las derrotas sufridas en muchas guerras por la vida. La de ayer fue de esas.

-II-

El futbol en México es el fenómeno social por excelencia. Un fenómeno que se ha intensificado al paso del tiempo. A pesar de que el país dista mucho de ser potencia mundial en el deporte, el mexicano es futbolero por sobre todas las cosas. Lo es en las buenas y en las malas. Lo ha sido para paladear, con fruición masoquista, el acíbar de las derrotas. De las que eran habituales cuando la palabra victoria no estaba incluida en su vocabulario; cuando la presencia de la selección mexicana en los Mundiales se interpretaba como una mera representación simbólica; cuando a México se le veía como el “inevitable” embajador del área Norte, Centroamericana y del Caribe, muy marginal en el deporte; cuando el mundo ancho y ajeno del balompié otorgó validez axiomática a la etiqueta que Rafael García, cronista de la AFP, tuvo a bien encasquetarle: “El eterno adolescente del futbol mundial”…

La de ayer, en parte sobre Alemania (el campeón mundial vigente en una disciplina que alguien definió como “un deporte en que dos equipos de once jugadores disputan la pelota con los pies… y al final siempre gana Alemania”), pero principalmente sobre casi 120 millones de escépticos que parecían aceptar a priori, resignados, la implacable sentencia de la historia y de la lógica que los condenaba a la derrota -rotunda y categórica, además-; la de ayer, decíamos, ha sido, sin duda, la victoria más retumbante del deporte mexicano en todos los tiempos. Una victoria que equipara a sus protagonistas -con el entrenador Juan Carlos Osorio a la cabeza (por cuyo cese fulminante se pronunciaron, a gritos, hace dos semanas, 80 mil aficionados en el Estadio Azteca)- con los Humberto Mariles, José Becerra, “Tibio” Muñoz, Fernando Valenzuela, Hugo Sánchez (por sus títulos con el Real Madrid), y unos cuantos más. Una victoria que les otorga, a perpetuidad,  coronados con laureles de oliva, un nicho en el Olimpo de los héroes que alcanzan ese rango no por decreto sino por aclamación.
-III-

Se ha dicho, en momentos de dolor compartido por sus hijos, que México es más grande que sus problemas. La victoria sobre Alemania no resuelve ninguno de ellos, pero alegra, ciertamente, a millones de mexicanos. Los alivia.

Colofón: “Ya que es tan difícil ser felices, tratemos, al menos, de saborear los motivos que la vida -y el futbol- nos dan, a veces, para estar contentos”.
 

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones