Jueves, 02 de Mayo 2024

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Un llamado a la sensatez

Por: María Belén Sánchez

Un llamado a la sensatez

Un llamado a la sensatez

Mientras yo me disponía a invitarte a reflexionar acerca del pasado reciente de 2020 y a elaborar planes y propósitos para el ya reciente 2021; y mientras hay quienes se engolfan en análisis futuristas de profetas y profetitas que anuncian todavía meses muy duros y mutaciones de un virus que está apenas intentando su vacuna; ocasionalmente me encontré con una página sabia del presidente de Uganda, un país centroafricano en vías de desarrollo.

Creo que este mensaje puede ser el mejor tema de reflexión para iniciar con cordura y sensatez nuestro 2021; y no creo incurrir en plagio alguno, ya que este texto ha dado la vuelta al mundo en las redes sociales y en los diferentes medios, con traducciones muy logradas.

Mensaje del Presidente de Uganda Yoweri Kaguta Museveni.

Dirigido a las personas que no están dispuestas a cuidarse durante este período de cuarentena por el Covid-19.

“Dios tiene mucho trabajo, tiene que cuidar a todo el mundo. No puede estar aquí en Uganda cuidando idiotas…”

En una situación de guerra, nadie le pide a nadie que se quede en casa. Usted se queda por elección. De hecho, si tienes un sótano, te escondes allí, mientras persisten las hostilidades.

Durante una guerra, no te quejas del hambre. Si tienes hambre, rezas para sobrevivir, para poder volver a comer algún día.

Durante una guerra, no discutes sobre tu derecho a abrir tu negocio. Cierras tu rienda, sin pensarlo, corres por tu vida y rezas para sobrevivir a la guerra; esperando volver a tu negocio, rogando que no haya sido saqueado o destruido por el fuego de los morteros.

Durante una guerra, estás agradecido con Dios por ver otro día en la tierra de los vivos.

Durante una guerra, no te preocupas si tus hijos no van a la escuela. Ruegas para que el gobierno no se los lleve a la fuerza para entrenarlos como soldados en las instalaciones de aquella escuela que ahora convirtieron en depósitos militares.

Bueno, el mundo entero se encuentra actualmente en un estado de guerra.

Hay gente que aún no entiende.

Una guerra sin armas ni balas. Una guerra sin soldados humanos. Una guerra sin fronteras.

Una guerra sin acuerdos de alto al fuego. Una guerra sin una sala de guerra. Una guerra sin zonas sagradas.

El ejército en esta guerra no tiene piedad y ni bondad humana, es indiscriminado: no respeta a los niños a las mujeres, ni lugares de culto.

Este ejército no está interesado en botines de guerra. No tiene intención de cambio de régimen. No le preocupan los recursos minerales valiosos debajo de la tierra. Ni siquiera le interesa la hegemonía religiosa, étnica o ideológica.

Su ambición no tiene nada que ver con la superioridad racial.

Es un ejército invisible, despiadado y despiadadamente efectivo.

Su única agenda es una cosecha de muerte, sólo se sacia después de convertir al mundo en un gran campo de muerte.

Su capacidad para lograr su objetivo, no está en duda.

Sin máquinas terrestres, anfibias y aéreas, tiene bases en casi todos los países del mundo, su movimiento no se rige por ninguna convención o protocolo de guerra.

En resumen, es una ley en sí misma. Es el coronavirus también conocido como COVID-19.

Afortunadamente este ejército tiene una debilidad y puede ser derrotado. Sólo requiere nuestra acción colectiva, disciplina y paciencia. El COVID-19.

No puede sobrevivir al distanciamiento social y físico. Sólo prospera cuando lo enfrentas. Le encanta ser confrontado,

Capitula frente al distanciamiento social y físico colectivo. Se inclina ante una buena higiene personal. Es impotente cuando tomas tu destino en tus propias manos, manteniéndolas desinfectados tan a menudo como sea posible.

Este no es un momento para llorar, como niños mimados, por el pan o la mantequilla.

Obedezcamos y sigamos las instrucciones. Ejercitemos la paciencia.

Seamos los guardianes de nuestros hermanos.

En poco tiempo, recuperaremos nuestra libertad, nuestras empresas y nuestra socialización.

En medio de la “emergencia” practicamos la urgencia del servicio y la urgencia del amor por los demás.

* * *

Estas palabras se consideran, hasta ahora, el mejor y más inteligente discurso público realizado durante el COVID-19

Pidamos a Dios que cada uno de nosotros reflexione y pueda vivir con sensatez. Sólo así podremos decir: FELIZ 2021

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