La nominación de nuestro canciller, Marcelo Ebrard, como ‘persona del año’ por parte de la Asociación de Control de Armas, tiene muchas aristas, asegunes y contrasentidos.Si nos preguntamos en qué radica el poderío de los carteles en México, una de las respuestas sería por la cantidad y altos calibres de armas con que cuentan. Los años pasan y cada día son más las armas que llegan a sus manos. Estimaciones oficiales – de la Secretaría de la Defensa Nacional- dicen que a México ingresan unas 250 mil armas por año y que siete de cada diez están en poder de los grupos delincuenciales.Las denuncias de la clandestina llegada de armas de parte del gobierno mexicano han sido muchas, pero posiblemente la más formal y seria, es la demanda que el 4 de agosto presentó en una corte federal en Boston, Massachussets, en contra de 11 empresas de producción y distribución de armamento en el país vecino. La denuncia establece que “las prácticas comerciales, negligentes e ilícitas facilitan el tráfico de armas a México”.La demanda sorprendió a muchos y llamó la atención de la prensa estadounidense, pero hasta el momento -después de casi cinco meses- no ha habido respuesta oficial del gobierno de Estados Unidos, sencillamente porque la demanda no iba en contra de Washington. En todo caso -como lo señalamos en este mismo espacio el 22 de noviembre- ‘la demandó debió de entablarse en contra del gobierno estadounidenses, ya que la segunda enmienda de la Constitución establece claramente que los ciudadanos tienen derecho a tener y portar armas, lo que conlleva a que empresas privadas se dediquen a la fabricación legal de las mismas’. Así que una intervención o acción por parte del gobierno estadounidense en contra de los fabricantes es imposible, a menos que se modifique la misma enmienda constitucional.Aquí en México muchas penalistas que hicieron referencia a la acción iniciado por el gobierno mexicano, estimaron desde el principio que la demanda presentada por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, “difícilmente prosperará”, ya que el ingreso clandestino a México de rifles de asalto se debe en gran parte a la corrupción que hay en las aduanas y en las diferentes agencias policiales o de seguridad. Y ponían un escenario, donde sería más factible que el gobierno de Estados Unidos pudiera demandar a nuestro país por el ingreso de toneladas de marihuana y drogas desde nuestro territorio. La diferencia es que la fabricación de armas es legal allá y el tráfico de drogas es ilegal aquí, lo que marcaría -en todo caso- una diferencia en los argumentos sometidos en una corte internacional.Es un contrasentido que la Asociación de Control de Armas este nominado al canciller de un país en donde se han roto récords de asesinatos violentos -más de 100 mil en lo que va de la presente administración-, donde hay un tráfico extraordinario -sin control- de armas de todos tipos y calibres en todo en el territorio y en donde el gobierno, a pesar de darle tanto peso y participación al ejército, tan pocos resultados ha dado en la recuperación de armamento. Entonces, no hay control. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
