En el marco de lo que se puede interpretar como una “cacería de brujas” del actual régimen encabezado por Andrés Manuel López Obrador, en contra de 31 Académicos del Conacyt, no deja de sorprendernos la forma de conducirse de algunos personajes que forman parte de la denominada Cuarta Transformación 4T; predominando en ellos las vendettas, los intereses personales, y la incongruencia, al grado de incurrir en ilegalidades que podrían constituirse en delitos como abuso de poder y corrupción, entre otros.La Directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, quien como investigadora obtuvo más de 17 millones de pesos en fideicomisos y hoy los llama “corruptos”, acusó a los académicos de autorizar el financiamiento de 50 millones de pesos al Foro Consultivo, Científico y Tecnológico. La denuncia está basada en un absurdo legal, pero sobre todo en un pleito político con personajes de anteriores administraciones. Hablamos de un desencuentro político que derivó en abuso de poder. La actuación del Fiscal General de la República (FGR), Alejandro Gertz Manero, no ha sido menos oprobiosa en este caso. El funcionario les configuró más delitos, acusándolos de lavado de dinero y delincuencia organizada con el afán de encerrarlos en el máximo penal de seguridad de Almoloya, como lo ha solicitado en dos ocasiones y se prepara para hacerlo una tercera. Con los nuevos delitos, la pena para cada uno de los académicos sería de al menos 80 años de cárcel. ¿Porqué la saña? Según algunos, Gertz Manero está tomando revancha de las críticas que recibió del gremio cuando a principios de año le fue otorgado por el Sistema Nacional de Investigadores (SIN) el nivel III que durante 11 años le había sido negado y que dicen, no habría obtenido de no ser por el cargo que ostenta actualmente. Hablamos de una vendetta que refleja abuso de poder.De este lío en el Conacyt desencadenó la filtración de la millonaria beca que recibió durante al menos 5 años la hija de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Pero más allá de si le correspondía ese beneficio a la joven Imaz Sheinbaum, es resaltable la incongruencia de su madre, pues hay que recordar que en febrero de 2019, fue la propia Sheinbaum quien determinó eliminar el Programa que atendía y otorgaba apoyos económicos a los Niños Talento de la Ciudad de México, al opinar que “no hay ningún estudio científico que pueda definir a un niño genio”.“Este programa apoyaba aproximadamente a 103 mil 520 niñas y niños de entre 6 a 15 años de edad con aptitudes académicas sobresalientes (calificación entre 9 y 10), residentes e inscritos en escuelas públicas de educación primaria y secundaria de la Ciudad de México.Los pequeños recibían una hora de actividad a la semana en alguna de las 15 disciplinas y eran acreedores a un estimulo económico de 3 mil 300 pesos, distribuido en 12 depósitos mensuales de 200 pesos cada uno, y dos depósitos semestrales: el primero de 600 y el segundo de 300 pesos”. (Milenio 04/02/19.)El problema no son los más de 6 millones de pesos que recibió su hija en becas. Hablamos de la incongruencia para, por un lado, dejar a más de 100 mil niños sin apoyos, -con todo lo que ello significa para quien no cuenta con suficientes recursos económicos-, y por otro, consentir y solapar las becas para su descendencia, contradiciendo además ese deseo de su líder moral, López Obrador, quien decretó la disminución y desaparición de estos beneficios.opinión.salcosga@hotmail.com