Claudia, Adán, Marcelo y Ricardo ya iniciaron su ‘travesía’ por todos los rincones del país, para ‘ventilarse’ con el pueblo, congraciarse con él y extenderle la mano de esperanza que los favorezca y puedan llegar a ser el ‘elegido’ de Morena para estar en la boleta electoral presidencial del año próximo. No están en campaña -porque sería violar la ley-, solamente andan ‘puebleando’ y tratándose de ganar la simpatía. Y enfrente -en la oposición- hay siguen ‘atorados’ en la disyuntiva de ir juntos o cada quien por su lado y titubeando, tratando de ‘desenmarañar’ la madeja de intereses personales de sus dirigentes y de partidos.Hace cinco años, desde la elección presidencial del 2018, la oposición en México está perdida. El 8 de agosto de ese año, el periódico The New York Times se preguntaba en un titular, “¿Por qué López Obrador necesita oposición?”. Y establecía que el nuevo presidente “gobernará con apoyo popular mayoritario, con mayoría parlamentaria, tanto a nivel federal como en los estados, y con una oposición en ruinas, que jamás había lucido tan débil. Este escenario tan aparentemente cómodo no es antidemocrático, pero puede convertirse en una bendición envenenada para el sexenio”.Diez meses después -mayo 14, 2019-, ya con la nueva presidencia en Palacio, en la revista digital Foro Jurídico se hablaba que la llegada de López Obrador “solo refleja una cosa: los mexicanos estamos hartos de la corrupción, de la inseguridad y los beneficios para unos pocos, sí, eso que AMLO llama la mafia del poder”, y señalaba que a casi un año de la derrota electoral, “el panorama actual -de la oposición- es de completa incertidumbre que no logra recobrarse de la derrota”.Esa oposición, el 8 de junio de 2021 -después de las elecciones intermedias- se hicieron ‘castillos en el aire’ y dijeron que la coalición ‘Va por México’ fue “un acierto, fue exitosa. Estamos firmes, fuertes, sólidos y trabajando en equipo les vamos a ganar (2024) como les hemos ganado en 2021”. Sosteniendo además que esas elecciones “se cumplió con el objetivo de poner un alto a la agenda y los caprichos de López Obrador” (?).Hace apenas cuatro meses -4 de febrero- el presidente López Obrador retó a esa oposición, diciendo que no ha podido consolidarse “porque la gente ya no cree en su discurso” e irónicamente los ‘ánimo’ a mejorar su estrategia de integración.López Obrador sabe de sus ventajas que tiene en el proceso y de las debilidades de quienes están en la oposición, y que de no cambiar radicalmente el apaciguamiento y realizar una ‘jugada maestra’ -o una sorpresa-, la elección del 2024 la tiene en el bolsillo.El viernes pasado, Daniel Zovatto, jurista, politólogo y director regional en América Latina de IDEA -organización intergubernamental que trabaja para apoyar y fortalecer las instituciones y los procesos democráticos en todo el mundo-, durante una entrevista de radio hizo referencia a esa oposición. “Es un problema reciente en México. Un poder que no solo es presidencial, que muchas veces se traslada en el congreso y luego también el poder traslada de forma territorial. Muchas veces, cuando vemos ese ascenso acelerado, con demasiada concentración de poder en una parte de la ecuación política, en gran medida se debe al desplome que sufre la oposición, que no terminan de entender, yo tengo una frase, ‘que no entienden’, no terminan de conectar con la ciudadanía, no le terminan dando respuesta a la demandas ciudadanas, y entonces terminan en el descrédito, porque terminan en una suerte de guerra de egos y de personalismos que terminan alimentando obviamente el control político. Yo creo que el efecto diferenciador en el caso de México, pasa por una cosa, Morena teniendo a Andrés Manuel López Obrador como el conductor y líder de esta fuerza y otra es cuando -AMLO- formalmente tenga que dar un paso al costado y venga otro liderazgo, sea el que sea. Eso lo hemos visto en varios países de América Latina, donde las cosas han cambiado totalmente. Hoy no vemos a nadie que esté disputando, desde la oposición, la presidencia. Si Morena no pudiese repetir, es que hubiera un conflicto mal resuelto dentro -Morena- que pueda llevar a un rompimiento. Pero eso sucedería por ‘mérito propio’, que por la oposición”.Zovatto, desde su perspectiva, recomienda que la oposición deje de “obsesionarse” con la presidencia y se enfoque en la pelea por el Congreso, “donde se pueden poner frenos constitucionales” a la siguiente administración, que como según opinan otros -muchos- observadores, será ganada por el partido en el poder.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguez daniel.rodriguez@dbhub.net