Sábado, 20 de Abril 2024

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No me veas como a tu mamá

Por: Guillermo Dellamary

No me veas como a tu mamá

No me veas como a tu mamá

Es una queja muy frecuente en las parejas el que se exijan comportamientos, hábitos o conductas semejantes a la de los propios padres, y además estarlos comparando.

A la persona que quieres hay que verla como es, no como quisieras que fuera. Y mucho menos te quedes con la sensación de que sería bueno que se pareciera a tu mamá o a tu papá respectivamente. Si ya de por sí es un error comparar a las personas, más aún si lo haces consciente o inconscientemente con tus padres. Tanto para lo bueno como para lo malo. Dicen por ahí que eso de decirle a la esposa que no hay como la sazón de la mamá, realmente es un comentario poco sensible, aunque sea cierto.

La madurez afectiva nos conduce a ya no quererle ver ni las cualidades ni los defectos a tu pareja, que tienen tus padres. Pues si es común que idealicemos a la madre, y la esposa no le llega ni a los talones y lo peor del caso es que es muy frecuente el hacérselo notar. Especialmente en las frecuentes visitas obligatorias a la casa de los suegros.

Para algunos autores el amor genuino brota cuando ya no ves en tu esposa a tu madre, o en el caso de la mujer a su padre. Y la relación se concentra en descubrir que se quieren por lo que son y ya no parecerse a los padres.

Es muy posible que el malestar que se genera en relación a él o la suegra, es debido (en parte) a esta influencia que proyectamos del afecto, o en su caso el enojo, que generan nuestros padres, y que de alguna manera lo transportamos a nuestra relación.

Dado el origen de muchos conflictos de la pareja basados en ésta tendencia, muchas veces subconsciente de comparar a la pareja o con los propios padres o con los de ella o él. Así que la consigna es muy clara, madurar junto a tu pareja, implica ya no ver nada de tus padres o de los suyos en el otro. Hay que querer bien sin arrastrar esas influencias que pueden ser muy tóxicas y estar dañando tu relación. Tu esposa no la veas como tu mamá ni tampoco dejes que se comporte como tal contigo. Porque hay quien llega a decirle mamita o papito a su pareja, así tal cual. Y como ya no estamos para eso.

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