Esta semana una inmensa mayoría de mexicanos y prácticamente todos los jaliscienses nos alegramos por la entrega a nuestro paisano Guillermo del Toro, en los Golden Globes por su más reciente película “La forma del agua” que confirma plenamente el talento del tapatío, reconocido por propios y extraños por la temática fantástica del creativo director y creador de personajes que pudieran ser considerados como monstruos de fuerte presencia y trascendencia en el séptimo arte; por eso deseo hacerme parte con todos ustedes de la alegría que nos da contar con un nacional tan talentoso paisano, realidad en la actualidad y con un futuro abierto para su obra que con seguridad seguirá obteniendo lauros importantes.En muchos medios se ha elogiado la creatividad con personajes fantásticos y la profunda relación que han tenido estos seres en su ánimo creativo. Ahora bien, por así haberlo considerado adecuado tiene muchos años en los Estados Unidos, lo que en mi opinión se debe a la falta de oportunidades existente en nuestro entorno, no nada más en el ámbito del mundo cinematográfico sino en todos los aspecto culturales en los que no nada más no existen facilidades sino que los pocos apoyos que pudieran existir se otorgan a la “intelectualidad oficial”.Nuestro país se encuentra inmerso en un año electoral, lo cual implica un descenso en el nivel público de moralidad humana, y como dijera el ilustre florentino, algo así como “quienes aquí llegaron pierdan toda humana esperanza” la que en estos días parece ser una conducta ausente -simplemente, invito a mi solitario lector a librarse de la agobiante publicidad oficial- la que si no es totalmente falsa es cuando menos intrascendente, dado que no fue planeada para comunicar nada sino para gozar de los dineros planeados para el sistema electoral, calificado por muchos como el sistema electoral más costoso -y yo agregaría inútil- del mundo, y eso no es un asunto menor.Pero dentro de este horrendo panorama y conforme a las más avanzadas técnicas de la felizología oficial, he pensado en hacer del problema, una oportunidad y es que este año se repartirán miles de jugosos huesos en las elecciones -puestos que, con ellos, sin ellos o a pesar de ellos no promete mejorar nada- eso sí. Los que accedan a los referidos huesos, estarán económicamente muy calientitos, pero no nos equivoquemos, será muy difícil, dificilísimo que el infelizaje vaya a recibir de la inmensa mayoría de aspirantes algo bueno, vamos, no podemos decir que ninguno sirva para nada, alguno por excepción será laborioso y hasta trabajador, lo que no sé es en beneficio de quien lo hacen.Mi propuesta es sencilla, dadas las cualidades de los preprecandidatos, el talento de Guillermo del Toro no tendrá ningún problema en encontrar un extraordinario grupo de monstruos que serán honra y gloria de la cinematografía universal, si pueden lograr cuidar los elementos físicos que constituyen los bienes de la utilería, porque muchos, aprovechando la impunidad parecen tener imán en las manos.YR