Martes, 23 de Abril 2024

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María de Jesús Barrera

Por: Maya Navarro de Lemus

María de Jesús Barrera

María de Jesús Barrera


“Creía llamarme Susana por mi apodo Susi. Cuando terminé la primaria y pidieron mi Acta de Nacimiento descubrí mi nombre: María de Jesús, como mi abuela paterna. Reclamé el engaño. La explicación de mi padre fue: ‘Por Jesusita’ y empecé a ser dos: Susi en familia y amigos cercanos, Marichuy en el trabajo. Esa dupla me acompaña también en la literatura: ‘Vetas de la Memoria’ y ‘Tres piernas’, forman parte de la novela histórica mexicana que surge de la minería: plata, carbón, e indudablemente parte de mi vida. Nací en Nueva Rosita Coahuila, Región Carbonífera, cuando mi madre tenía 45 años. Ella me inculcó un dicho popular: “Naciste de pies, tendrás buena suerte”. No se equivocó. Por parte de mamá gozo de estupenda unión familiar cuyo tronco está en Matehuala, San Luis Potosí. Todos los veranos íbamos de paseo a Real de Catorce, en aquellos años poblado de ruinas con vestigios de un auge plateresco. Por la ocupación de mi padre viví dos años en Múzquiz, Coahuila. Finalmente nos establecimos aquí afortunadamente y cursando la secundaria me sumergí en la literatura y me dedique a ella aguantando bromas de mis tres hermanos mayores que colocaban letreros en mi puerta: “Shakespeare creando” o cosas así. Mi hermana Dora me decía “no les hagas caso”. Fuimos una familia alegre. La añoranza de la vida “norteña” me llevó a la escritura, inventando recuerdos que quizá nunca tuve y ya no pude dejar de hacerlo. Las historias me rondan en la cabeza todo el tiempo y siento un gran placer hacerlas verosímiles, generalmente, repito, en duplas, como DesEncuentros y Otra vez lunes, que reflejan la realidad actual del país. Cursé la Escuela Normal de Jalisco y Letras Hispanoamericanas en edad escolar. La Maestría de Lengua y Literatura mexicana en la UDG, gracias a una beca de la Secretaría de Educación Jalisco, cuando Humberto, mi hijo mayor ya se había titulado de una ingeniería, Roberto estudiaba otra y Liliana, la Preparatoria. Estoy jubilada de la docencia. Mis tres hijos y ocho nietos son mi verdadero orgullo. Laboralmente fui maestra rural en un ejido de Matamoros Tamaulipas, a donde la SEP me mandó a los dieciocho años. La experiencia de convivir con aquellas personas carentes de lo más elemental le imprimió a mi tarea docente el deseo de servir. He sido funcionaria pública y administradora de la educación: Coordinadora Estatal del Plan de Actividades Culturales y Directora General de Educación Extraescolar. Responsabilidades que me dieron la oportunidad de conocer el Estado. La  docencia y la escritura las  desarrollé al mismo tiempo. Mi novela La casa de los Pavos Reales la presenté como tesis con el título: Pies de lana. En la historia de la Universidad Pedagógica Nacional, soy la primera alumna que logró grado de Licenciada con una novela. Otra vez lunes, editorial Joaquín Mortiz, la dictaminó don Joaquín Diez Canedo que murió antes de su edición. A Vetas de la memoria la rechazó su hijo, Joaquín Diez Flores. Conservo los dictámenes positivos y un mensaje del lector que me los envió: ¿Cree justo lo que hacen con su novela? Hoy, va en su quinta edición. En CONACULTA, solicité apoyo de becaria, sin éxito. Pero la Secretaria de Cultura Jalisco ha publicado dos de mis obras: una,  Ángeles Tullidos, “Premio Garbanzo de a Libro 2014” y la Universidad Autónoma de Coahuila en 2009 premió Tres piernas, que la Dirección de Publicaciones del Estado, reimprimió  la tercera y cuarta edición. Mi amiga y escritora Socorro Arce la presentó en CDMX, exitosamente. Participo en congresos y conferencias aquí y en Estados Unidos. Tengo la dicha de haber presentado Vetas de la memoria en la Casa de Moneda de Real de Catorce, durante el Festival Internacional del Túnel de Ogarrio  e invitada por Dante Medina, en el Festival Internacional de la Palabra, Colima.  Mi querencia está en la novela. En el centro de mi corazón, la historia se desarrolla en Guadalajara. También escribo cuento y por “pedido” como la biografía de Mercedes Tazartes y El último tren, vida novelada de Tomás Vázquez. Me divierto a más no poder escribiendo, disfrutando a mi familia y amigos, mientras el cuerpo aguante y pueda seguir seduciendo a mi memoria”.

En su libro “PERVERSITUDES POR ENCARGO”, el cuento, “UNA MISMA MEMORIA”, dice, A MAYA NAVARRO DE LEMUS… es la experiencia más honrosa que un lector pueda recibir…MI GRATITUD.

Es Maestra en Lengua y Literatura Mexicana.

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