La literatura jalisciense no puede entenderse como un todo complejo y rico, un panorama diverso y vivo, un universo que se escribe a diario, sin la aportación, la creatividad, el talento y las historias contadas por la pluma de nuestras narradoras. Somos mucho más que Juan Rulfo y Juan José Arreola, Mariano Azuela, Agustín Yáñez, Antonio Ortuño, Juan Pablo Villalobos, y un largo etcétera. Jalisco también es tierra abundante de narradoras que, con cada cuento, novela, verso, poema, copla y prosa, robustecen nuestro acervo literario, que escudriñan en los abismos de esta cosa tan extraña que es ser humano, que se asoman a lo que fuimos, lo que somos, y lo que podremos ser, y cuyas letras nos otorgan un atisbo de oraciones, párrafos y capítulos de nuestra esencia.Desde Refugio Barragán, Rebeca Uribe, Guadalupe Marín, Antonia Vallejo y tantas otras escritoras del pasado de las que deberíamos saber -y por tanto leer más-, hasta las que hoy en día están activas, creadoras de universos, de dramas y de vidas ficticias, Jalisco se ha escrito, se escribe y se escribirá desde la mirada femenina. Miradas que EL INFORMADOR ha atestiguado a lo largo de los años, y que ha dado espacio entre el tiempo impreso en sus páginas. A continuación, un panorama -por supuesto incompleto- de algunas de las narradoras cuyas letras han dejado huella en Jalisco, responsables de crear mundos tanto maravillosos como terribles, mágicos, surrealistas, mundos en ocasiones mejores y otras veces no tanto, mundos que imitan al nuestro, y el mundo nuestro.A nivel temático, las escritoras jaliscienses contemporáneas han puesto sobre la mesa preocupaciones que tocan de lleno la experiencia femenina, pero sin limitarse a ella. Hablan de cuerpos y sexualidades, de las relaciones de poder, de los afectos y las violencias, de la memoria histórica y personal, y de la fragilidad de las identidades en el mundo actual. También han cultivado lo fantástico, lo poético, lo experimental y lo crítico, mostrando que la literatura escrita por mujeres en Jalisco es, ante todo, heterogénea y desafiante. Con ello han logrado romper con etiquetas reductoras y reclamar un espacio que no es marginal, sino central, en la literatura mexicana.La literatura jalisciense contemporánea no podría entenderse sin la presencia de un grupo de escritoras que han abierto caminos en géneros y temáticas muy diversos, consolidando un espacio para las voces femeninas en un ámbito históricamente dominado por hombres. Cecilia Eudave, Ave Barrera, Carmen Villoro, Martha Cerda, Sayuri Sánchez y Xitlalitl Rodríguez Mendoza representan distintas generaciones, estilos y preocupaciones, pero en conjunto han configurado un mapa literario femenino sólido que dialoga tanto con lo local como con lo nacional e internacional.El aporte de estas autoras es múltiple. En primer lugar, han diversificado los géneros y registros cultivados en Jalisco: desde la narrativa fantástica y del “extrañamiento” de Cecilia Eudave, pasando por la narrativa íntima y realista de Ave Barrera, hasta la poesía luminosa y reflexiva de Carmen Villoro o la narrativa crítica de Martha Cerda.A estas voces se suman generaciones más jóvenes como Sayuri Sánchez, con propuestas experimentales y confesionales, y Xitlalitl Rodríguez Mendoza, quien explora la memoria, la violencia y la identidad desde la novela contemporánea. Esta diversidad muestra que las escritoras de Jalisco no se encierran en un solo estilo o temática, sino que han logrado ampliar el espectro creativo y estético de la región.Sin duda, Cecilia Eudave es una de las narradoras más reconocidas de Jalisco. Su estilo se caracteriza por la mezcla entre lo real y lo fantástico, explorando territorios del “extrañamiento” y lo insólito cotidiano. Se ha movido con soltura entre el cuento, la novela y el ensayo, siempre con un lenguaje preciso y con una mirada irónica hacia las realidades humanas. Entre sus obras más destacadas están “Bestiaria vida”, “Papá oso” y “En primera persona”.También es autora de literatura infantil y juvenil, lo que la convierte en una voz versátil y cercana a múltiples públicos. Eudave ha fortalecido la visibilidad de las escritoras mexicanas dentro del género fantástico, un ámbito que históricamente estuvo dominado por voces masculinas. Su novela más reciente es “El verano de la serpiente”, editado por Alfaguara en 2022.Por su parte, Sayuri Sánchez (1993), originaria de Guadalajara, representa a una generación más joven dentro de la literatura jalisciense. Su obra, aún en expansión, se caracteriza por la exploración de la identidad, la memoria y las emociones, con un estilo íntimo y experimental. Ha trabajado en poesía y narrativa breve, y su escritura se distingue por la cercanía con lo confesional y lo fragmentario.Sayuri Sánchez es parte de esa nueva camada de escritoras que, desde Jalisco, están construyendo un mapa literario diverso y renovador, ampliando las voces femeninas en el estado. La poeta imparte talleres desde 2015, dentro del programa de Luvina Joven en las preparatorias de la Universidad de Guadalajara. Su libro más reciente es “Bas Jan Ader: Retrato de un gusano blanco”.Poeta, ensayista y narradora, es considerada una de las voces más sensibles y lúcidas de la literatura jalisciense. Su estilo poético se distingue por la búsqueda de lo íntimo, lo cotidiano y lo espiritual, con un lenguaje de gran musicalidad. Entre sus títulos destacan “Jugo de naranja”, “Que no se vaya el viento”, “Herida luz” y “Leer a los amigos”. También ha escrito ensayos sobre literatura infantil y psicología, así como columnas periodísticas que vinculan literatura y vida social. Villoro ha sido fundamental en abrir espacios de reflexión y escritura para las mujeres en Guadalajara, impulsando proyectos de difusión cultural y literaria.Es una narradora, dramaturga y poeta con una voz crítica que ha escrito más de treinta libros. Nació en Guadalajara en 1945, y se licenció en la Universidad Autónoma de Guadalajara. Su estilo combina una narrativa ágil con un trasfondo profundo de crítica social. Entre sus obras más importantes se encuentran “La Señora Rodríguez y otros mundos”, “Cerradura de tres ojos”, y “Señuelo”. Cerda ha contribuido a abrir la conversación sobre la experiencia femenina en la literatura mexicana, colocándose como una referencia en el ámbito literario dentro de Jalisco. Es, además, fundadora de la Escuela de Escritores de la SOGEM en nuestra ciudad. Es una de las mujeres narradoras más importantes que ha dado nuestro estado.Nacida en Guadalajara en 1980, ha consolidado una carrera sólida en la narrativa contemporánea. Su estilo es realista, con una prosa cuidada y atmósferas que exploran la intimidad, la memoria y las complejas relaciones familiares. Su primera novela, “Puertas demasiado pequeñas”, fue muy bien recibida por la crítica, y posteriormente publicó “Restauración”, una obra que profundiza en la restauración de espacios como metáfora de las heridas emocionales. También ha incursionado en la literatura infantil y en la edición, lo que demuestra su compromiso con la formación de lectores. Su trabajo contribuye a darle un lugar protagónico a las escritoras jóvenes dentro de la narrativa nacional.Es narradora y editora, con un estilo sólido que explora las tensiones entre el pasado y el presente, la intimidad y lo social. En su narrativa, la construcción de personajes femeninos fuertes y la exploración de temas como la memoria, la violencia y la identidad son centrales. Además, como editora y promotora cultural, ha contribuido a dar visibilidad a nuevas voces literarias, sobre todo de mujeres. Licenciada en Letras Hispánicas por la UdeG, algunos de sus libros son “Jaws”, “Polvo lugar”, y “Datsun”. Xitlálitl Rodríguez Mendoza, además, ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) en dos ocasiones y ha sido integrante Sistema Nacional de Creadores de Arte en la disciplina de poesía. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano 2015.TIERRA DE TALENTOSEn el ámbito estatal, estas escritoras han sido piezas clave para consolidar a Guadalajara como un polo literario donde las mujeres participan activamente no solo como autoras, sino también como editoras, críticas, académicas y promotoras culturales. La creación de proyectos colectivos, talleres, revistas y encuentros literarios ha fortalecido una comunidad en la que las escritoras se leen entre sí y se proyectan hacia nuevos públicos.En el plano nacional, sus nombres figuran en premios, antologías y festivales, lo que demuestra que Jalisco ha dejado de identificarse únicamente con grandes figuras masculinas como Juan Rulfo o Agustín Yáñez, para convertirse también en cuna de una literatura femenina con peso propio.La importancia de estas autoras radica en que han abierto perspectivas que enriquecen el panorama literario contemporáneo, aportando complejidad, sensibilidad y crítica a los debates culturales. Escribir desde Jalisco significa dialogar con una tradición sólida, pero también desafiarla, ampliarla y renovarla. Estas mujeres lo han hecho con talento y con un compromiso constante hacia la literatura como herramienta de expresión, reflexión y transformación.Las escritoras jaliscienses actuales configuran un movimiento plural que combina lo íntimo con lo social, lo local con lo universal, y lo realista con lo fantástico. Su relevancia no solo reside en diversificar la literatura mexicana, sino también en construir referentes para nuevas generaciones de autoras, asegurando que la literatura de Jalisco sea cada vez más amplia, más inclusiva y más representativa de la complejidad humana.